En realidad, nuestra vida no deja de ser un constante diálogo con los demás. Saber hablar y saber callar a tiempo son coordenadas de la buena comunicación. Palabras y silencios. Audacia, prudencia, interés, discreción. Siempre podemos aprender. Cordialidad. Imagen. Comunicamos con nuestro modo de ser€ más que con mil palabras, pero el diálogo nos ayuda a madurar. Reflexionar antes de hablar. «Hacer decir a las palabras lo que quieren decir», (Lázaro Carreter). Capacidad de análisis y sentido crítico. Interesarnos por las ideas de los demás y saber recibir las críticas. Dejar hablar hasta el final sin atropellar a nuestro interlocutor. Una buena conversación siempre deja poso. La confianza facilita la comprensión y el desahogo, y genera cantidad de momentos inolvidables. Siempre podemos hablar por hablar sin más, pero la verborrea incontrolada aburre, cansa y no conduce a nada. Indudablemente, hay muchísimos modos de decir y otros tantos de oír o escuchar.

El bagaje personal es elemento clave de una buena conversación sea formal o no. Todos nos hemos quedados boquiabiertos ante la desenvoltura de algunas personas para interesar e interesarse por las demás, con sentido común y sentido del humor, dando importancia a lo que es importante y desdramatizando los enredos que no conducen a ninguna parte. La coherencia es buen hilo conductor. Se transmite mejor lo que se vive. La vida no deja de interpelarnos, al tiempo que va respondiendo a las preguntas que le vamos haciendo, sin pausa y sin prisa, como en un íntimo diálogo, encubriendo y descubriendo como la historia se repite, sólo que con diferentes protagonistas, cada uno insustituible. Somos seres sociables por excelencia, pero de ahí a la excelencia en la comunicación nos queda mucho que aprender y, sobre todo, llevar a la práctica, más en la actualidad donde hay que salvar toda una carrera de obstáculos tecnológicos que absorben o distraen nuestra atención cuando no los utilizamos en el momento oportuno, convirtiéndose en auténticos ´enredos sociales´. Educar para el buen uso de las nuevas tecnologías no deja de ser una asignatura pendiente. Mientras, móviles y otros artilugios irrumpen e interrumpen sin consideración alguna multitud de actos en todos los estamentos sociales, comenzando por la vida familiar. Otros modos de decir que hay que reconducir para llegar a una comunicación óptima. El mundo está en nuestras manos pero si nos ponemos a jugar con el artilugio de turno€

no sé qué puede llegar a pasar. La dispersión la tenemos servida ipso facto. No es difícil encontrarnos más pendientes de lo que ocurre por la aldea global que de cuanto acontece en nuestro entorno más cercano. En esto, estamos de acuerdo, incluso abogamos porque algo tiene que cambiar mientras seguimos enfrascados en el artilugio de turno. Quizás el cambio tenga que ser más personal. Para entendernos€ Modos de decir.