Cuenta una leyenda que existe una pedanía en Murcia, que en el nombre lleva la maldición, cuyos habitantes han desarrollado unas capacidades peculiares. En primer lugar, profesan la fe con mucha intensidad, porque sólo les arreglan la calle cuando pasa la Virgen en procesión. También son personas muy cultas, ya que invierten las esperas del autobús en escuchar música y leer libros (la leyenda detalla que un vecino se terminó Los pilares de la Tierra en tres días sentado en la parada). Vivir en esta pedanía les ha servido para aprender a relativizar el tiempo, puesto que el camión de la basura pasa a media mañana, los técnicos municipales «ya irán cuando puedan» y las colas de tráfico en la hora punta permiten replantear las teorías de Einstein. También se sienten muy hábiles al caminar por aceras imposibles y conducir sobre hermosos boquetes y acequias sin acondicionar. Y cómo no mencionar la hermandad generada entre estos vecinos, que duermen con un ojo abierto para dar la voz de alarma ante la presencia de los amigos de lo ajeno. Pues eso, que cuenta una leyenda€