En un principio, tras conocer el resultado de las elecciones catalanas, me figuré que resultó ser la peor de las situaciones posibles. Meditando después, llego a la conclusión de que sea cual sea el resultado la situación en Cataluña era mala de toda maldad. Escaños y porcentajes se dan de bofetadas; las coaliciones posibles para gobernar, inimaginables dentro de la consciencia política; Mas, detrás de ICV y Esquerra, no es más que un monigote frente a CUP, etc. Una verdadera faena es lo que Mas hace a Cataluña. Ni aún de haber obtenido el 51% de los votos los del Sí hubiese sido bueno. Por cierto que el 47 y pico por ciento hasta el 50 y pico (que sería la mayoría) falta el Tres por Ciento: ¿casualidad o castigo?