Una fecha de aniversario es muchas veces buen motivo para reflexionar sobre el camino andado. Hoy, Día Internacional de la Juventud, se celebrarán multitud de actos y encuentros, se escribirán ríos de tinta y se hablará de la realidad juvenil desde mil puntos de vista. Las conmemoraciones son útiles para traer a la portada de la actualidad la realidad que las motiva, pero son mejores si además sirven para visibilizar que el camino andado ha sido para mejor.

Es incuestionable que los jóvenes de hoy viven una realidad de oportunidades mayor que la de nuestros padres. A pesar de la actualidad de crisis y desconcierto social, el día a día sigue estando plagado de oportunidades. A los recursos y medios que los poderes públicos ponemos a disposición de los jóvenes se une la voluntad de miles de ellos de hacer de su vida una experiencia de oportunidad. Ésta bien puede ser la gran novedad de estos tiempos de incertidumbre: hay una juventud que cree en sí misma, en que su tiempo es ahora o nunca y que lucha con todas sus fuerzas para salir adelante. Son miles, cientos de miles de historias humanas incipientes, cargadas de una fuerza y vitalidad que envidiarían las grandes instituciones económicas internacionales y los pomposos foros mundiales para arreglar el mundo.

Un día de conmemoración como el de hoy es una buena ocasión para hacerlos visibles. En nuestra región, lejana y olvidada por el gobierno socialista, sin embargo miles de jóvenes no esperan nada de fuera, sino que creen en su tierra, en lo que ellos pueden hacer con sus manos y su cabeza. Miles de jóvenes murcianos son una suma invencible de esfuerzo y tesón.

Todo lo que el gobierno regional impulsa en políticas de juventud ya está más que justificado si es útil para que un solo joven murciano tenga la cobertura suficiente para lanzarse al mundo. Desde el Instituto de la Juventud de la Región de Murcia ese es nuestro sencillo y sincero deseo diario. Que miles de jóvenes tengan las mismas oportunidades sin importar donde hayan nacido, ni lo que piensen, ni lo que les mueva a lanzarse al mundo.

El resto del camino lo hará cada joven movido por sus razones y motivaciones. Eso es lo grande. Lo que mueve un pueblo, una región, un país. Su gente, y sobre todo, sus jóvenes. Por todo ello no está de más reivindicar hoy ante los que toman decisiones que afectan a todo un país, que España necesita a los jóvenes, y hacia ellos, a favor de ellos, para ello deben ponerse en marcha medidas realistas, viables, positivas, que les abran puertas de oportunidad. Sólo así dejarán de ser víctimas de la inacción y el desaliento.

Con todo, la mayor oportunidad de la juventud es ella misma. Sus sueños, su energía, su creatividad, su pasión, su risa, su ingenio, su decidida voluntad de arriesgarse en lo que creen sabiéndose jóvenes y que pueden volver a intentarlo es el verdadero motor para mover el presente. La juventud es hoy más que nunca la gran oportunidad del mundo.