Un senador del PSC, Ramon Aleu, será el próximo martes el primer miembro de la Cámara Alta que se dirija al hemiciclo en una lengua cooficial, en su caso el catalán, gracias a la reforma reglamentaria que va a permitir emplear este idioma, junto al gallego y el vasco, en las sesiones plenarias del Senado.

No será la primera vez que en la Cámara Alta se escuchan discursos en estas lenguas, puesto que su uso se permitía en las sesiones de la Comisión General de Comunidades Autónomas, pero sí es nuevo que los senadores puedan emplearlas para expresarse ante el hemiciclo, es decir, en sesión plenaria.

Eso sí, para poder entenderse deberán ayudarse de un servicio de traducción simultánea que supondrá un coste de casi 12.000 euros por cada pleno.

De esta manera, cuando Aleu suba a la tribuna para defender una moción de la Entesa Catalana de Progrés sobre abandono y fracaso escolar, los senadores que no conozcan el catalán tendrán que hacer uso de los auriculares adquiridos por la Cámara para poder escuchar la traducción al castellano de cuanto diga este parlamentario.

Aunque la reforma no cuenta con el respaldo del PP, grupo mayoritario en el Senado, los que sí la defienden hablan incluso de un "hecho histórico", como apunta el propio Aleu, portavoz de la Entesa.

"Este paso adelante es un reconocimiento de España tal y como es, precisamente en el Senado, que es la Cámara donde están representados los diversos territorios de España. Un reconocimiento de España por lo que significa de respeto a sus territorios", dice.

Para Aleu, el paso es trascendente porque el Senado es la Cámara territorial y el hecho de que en ella las lenguas oficiales estén "representadas, impulsadas y respetadas", no sólo "fortalece" a la institución del Senado, sino también al Estado de las Autonomías.

Desde el grupo de CIU, su portavoz, Jordi Vilajoana, ve como un "acto de normalidad" el empleo de las lenguas cooficiales, además de un mandato constitucional, ya que la Carta Magna dice que estas lenguas son una riqueza de España que hay que conservar y proteger.

Sobre su coste económico, criticado especialmente por el PP, Vilajoana ha declarado a Efe: "Conseguir que los españoles vean que el conjunto de las lenguas es una riqueza a proteger y a usar con normalidad, no tiene precio", e insiste en que "la mejor forma de conservar una lengua es usarla" y, sobre todo, en sitios de prestigio, como el Senado.