Muchos de los vecinos del edificio en el que se desató la acción en la madrugada del sábado confesaron ayer que sienten miedo. «Estamos preocupados e inseguros. De repente, alguien se ha colado en la casa de un vecino, trepando, y mañana pueden volverlo a hacer en la de cualquiera», explicó uno de los propietarios que rechazó dar su nombre por temor a ser identificado.

Por su parte, los dueños de la vivienda donde los ladrones trataron de esconderse de la Policía Nacional se negaron a hablar por miedo a las represalias: «No queremos meternos en problemas».

Según uno de los testigos que se encontraba en la calle en el momento de la llegada de los efectivos de la UPR, «nos preguntaron si habíamos visto a alguien salir del edificio momentos antes. También nos pidieron, antes de entrar, que si veíamos escapar a alguna persona, gritáramos muy fuerte para avisar. Todos queríamos ayudar».