La plaza Santo Domingo quedó ayer por la mañana reabierta de nuevo a la circulación de los viandantes tras quedar desnudo su centenario ficus. Sin una rama pequeña u hoja que haga lucir al árbol, la plaza ha perdido su característica gran sombra que hacía las delicias de ciudadanos y comerciantes que llenaban sus terrazas gracias, en parte, a la penumbra que regalaba el ficus. Era una medida necesaria, afirma el Ayuntamiento de Murcia, que justifica esta decisión en la valoración de los técnicos, que no podían asegurar con fiabilidad ni descartar absolutamente la posibilidad de que en el futuro se pudiesen producir nuevas caídas de ramas. Ante esta posibilidad, el Consistorio dio órdenes ayer de podar de manera drástica el ejemplar, actuando sobre todo en la copa del árbol.

«La decisión de aplicar una poda drástica en el ficus de Santo Domingo se ha adoptado tras consultar con diferentes expertos en este tipo de árboles a lo largo de las últimas horas para valorar diversos criterios antes de actuar», explicó el concejal José Guillén.

Tras finalizar estas labores de saneamiento del ficus, «una opción radical para la que se ha prioriza la seguridad de los ciudadanos», se retirarán los restos metálicos de la estructura de la pérgola dañada y los bancos anexos. «Somos conscientes de que estamos ante una situación difícil pero la responsabilidad es nuestra y la asumimos», remarcó Guillén. Tanto los técnicos responsables del Servicio de

Parques y Jardines como los expertos prevén que el árbol rebrote con fuerza tras la poda llevada a cabo.

Fenómeno de la cavitación

Por su parte, el alcalde de Murcia, José Ballesta, añadió ayer que «se va a seguir asegurando un perímetro alrededor del ficus, para lo cual se están saneando todas las zonas dañadas y a la misma vez se está realizando un diagnóstico y análisis de cómo se encuentra el ejemplar, y para ello disponemos de todos los medios personales y técnicos necesarios».

El doctor en Ciencias Ambientales, Felix Carrillo, apunta al fenómeno de la cavitación como uno de los factores de la caída de las ramas, ya que, con altas temperaturas como las de las últimas semanas, «el agua no circula por todo el árbol porque se evapora muy rápido, y el tronco o la rama principal se deshidrata, provocando pequeños surcos en su interior», es decir, vacíos internos que restan dureza al ramaje.