Los usuarios de La Casa Habitada consiguieron este viernes que la Fundación RAIS -responsable del centro, en la calle San Martín de Porres, una perpendicular a la plaza de La Merced- les habilite una sala cada quince días en este inmueble, donde reunirse.

No obstante, ya no habrá centro de día donde comer, tomar café, tener acceso a Internet o lavar la ropa. Y no lo habrá, tal y como explicaba uno de los usuarios, Máximo Márquez, por falta de subvenciones.

Desde hace unos días se vienen recogiendo firmas en el portal change.org para que no se cierre un espacio que atiende al día a alrededor de un centenar de personas sin hogar.

Sí se mantendrá abierto, no obstante, el albergue de noche, que cuenta con 18 plazas.

Un grupo de usuarios de La Casa Habitada se desplazaban hoy por la tarde al local y amagaban con un encierro simbólico, para tratar de impedir el cierre. No obstante, no lo terminaban de llevar a cabo, tras acordar la apertura de la sala cada quince días.

Sala en la que, sin embargo, «ya no se podrá comer ni compartir un café a las cuatro de la tarde», lamentaba Máximo Márquez, un hombre que ha pasado por Jesús Abandonado, La Huertecica y ahora La Casa Habitada.

El fin, buscar otro local en Murcia y poder incluso autogestionarlo.