«Un hecho grave y, cuanto menos, sospechoso, para que nos lo tomemos muy en serio». Así califican desde el Comité Directivo del colegio Monteagudo-Nelva lo que acontecía una tarde de esta misma semana, cuando unos escolares entablaron conversación con unas personas «sospechosas», que iban en bicicleta, y un padre los vio y dio la alarma.

En concreto, esto pasó «en las cercanías del colegio, en la zona de la gasolinera», detalla el Comité Directivo, cuando estas personas, de quienes subraya que son de origen rumano, «entablaron conversación con tres alumnos menores y le enseñaron algo en un móvil».

«Un padre que pasaba se dio cuenta de la situación y, mientras aparcaba en la gasolinera y se bajaba, ya había llegado un coche pequeño con dos individuos dentro y se había estacionado al lado de los niños. Cuando vieron que este padre se dirigía hacia ellos, el coche arrancó y los de las bicicletas se fueron», explica el colegio.

«El colegio puso en conocimiento de los padres de los menores los hechos y se les animó a que lo denunciaran. Por nuestra parte también estamos en contacto con la Policía Municipal y Nacional para que sepan los hechos y se arbitren medidas de vigilancia en la zona», dice el centro.

«Sin embargo, lo más importante es que, por favor, no se recojan a los alumnos fuera del colegio. Dentro del recinto escolar hay cámaras de grabación, profesores, vigilantes, padres y madres, y con una salida lenta de vehículos, condiciones todas no aptas para personas con malas intenciones. Todas aquellas zonas que no están dentro de los límites del colegio no son zonas apropiadas para dejar o recoger alumnos», dejan claro en su comunicado.

«Es importante que nos concienciemos de esta realidad. De forma especial, hacemos hincapié en que los alrededores de la gasolinera no es una buena zona de espera, y desde luego no es una zona para los niños por muchas razones, de las cuales la menor es el tráfico de vehículos», insisten.

«No hablen con extraños»

A los escolares, en concreto, «se les dará un aviso en todas las clases para que no hablen con extraños, y hemos solicitado a la Policía si tienen sesiones de formación en este sentido para impartir en las clases», señala el centro. Añade que «estamos estudiando nuevas medidas de control en la salida para todos los alumnos que no son de autobús».

Ante esta situación, los padres «están preocupadísimos», indicaron fuentes cercanas. «El móvil está literalmente echando humo», comentaba una madre este miércoles por la mañana. Los grupos de WhatsApp de padres de alumnos, algo habitual en esta época gracias al auge de la tecnología, son una de las herramientas favoritas para comunicarse las cuestiones relativas a los escolares.

Mientras, desde la Policía investigan todas las conductas extrañas que son puestas en conocimiento, al tiempo que recuerdan que algunas podrían tratarse de bulos y miedos sin fundamento. Recientemente, la presencia de una furgoneta en la que al final se repartían cromos de fútbol llegó a generar pánico entre padres de alumnos de un colegio, que llegaron a temer que en ese vehículo que no conocían viajasen personas que tenían intención de secuestrar a los niños.

En cuanto a este caso en concreto, desde la Policía Nacional apuntaron que el hecho de que unos rumanos hablen con unos niños no es en sí denunciable. Padres afectados aseguraron a LA OPINIÓN que intentaron poner una denuncia en Comisaría, pero que los agentes les indicaron que los hechos no tenían suficiente entidad como para investigarse.

Un portavoz del Cuerpo confirmó a esta redacción que no existe denuncia alguna por este asunto y que ciertamente no se puede investigar la mera conversación de los niños con unos extraños, si no se dan otro tipo de conductas sospechosas.