Evedasto Lifante, empresario antaño dueño del club de voley en el que jugó Visser, dijo este martes que Juan Cuenca, falsificó su firma para intentar vender una cantera de mármol (propiedad de Lifante) que hay en Abanilla.

Lifante, que compareció como testigo, señaló que no tuvo ninguna noticia sobre la llegada a Murcia de los holandeses. «La primera noticia de su desaparición la tuve el día 18 cuando Priscilla (otra jugadora del club) me envió un WhatsApp desde Suiza dándome la noticia», aseguró.

Durante su declaración, y a instancias de la Fiscalía, se le mostró un contrato en el que aparece su firma y, según el cual, ofrecía a un inversor una opción de compara sobre la cantera, previa entrega 300.000 euros. Lifante reiteró en varias ocasiones que «jamás» estampó su firma en el documento, y que la firma pudo ser falsificada por su exempleado, del que negó que fuera su gerente.

«Cada uno por su lado», dijo que acabó con Cuenca. «Miente en un talón, hace unas transferencias falsas y terminamos», relató. Aseguró que las gestiones posteriores que Juan Cuenca hiciese relativas a la cantera no contaban, por tanto, con su visto bueno.

El abogado Melecio Castaño (defensor de Constantin Stan) recordó al empresario que Juan Cuenca llegó a implicarle en el crimen. «Todo me está perjudicando en todo esto», contestó Lifante. El letrado insistió en por qué cree que Cuenca manifestó eso. «Es que no lo sé», reiteró el empresario de Barinas, que llegó a estar imputado en este asunto, pero salió libre después de prestar declaración en su momento.

Lifante hizo hincapié ante el tribunal en que su relación con Juan Cuenca y Serafín de Alba es «nula desde el 2011».