El aire libre no es capaz de ocultar el olor a pintura. El inconfundible claqueteo de los botes tampoco ayuda a guardar discreción, y un coche con todas sus puertas abiertas de par en par hace las veces de equipo de sonido para amenizar la velada con música rap. Pero los artístas -porque así se llaman y así los considera hasta el consistorio murciano- no trabajan entre capuchas, bandanas y zapatillas bien apretadas para echar a correr. Ellos van «de legal», a plena luz del día y con el amparo de la Oficina Municipal del Grafiti de Murcia.

Se trata de la primera actuación de la iniciativa '12 meses, 12 muros', que una vez al mes llevará a los mejores grafiteros de Murcia y alrededores a desplegar su arte con todas las condiciones necesarias y con el aliento de la concejalía de Fomento. Y es que el Ayuntamiento ha aportado unos 170 aerosoles y más de 60 kilos de pintura plástica, así como una grúa elevadora y los permisos necesarios para cerrar la calle a la que da la espalda el Auditorio Municipal del Parque Fofó. ¿El objetivo? Dar una solución lícita para estos creadores y poner guapa la ciudad; porque, según dice Clemente García, coordinador de la Oficina, «un mal grafiti lo quita un buen grafiti».

Precisamente esta cuestión es la que más dudas está suscitantando entre los artistas. «Es bueno porque nos facilitan muros, pero al final estamos borrando piezas que pueden ser de compañeros nuestros. Es contradictorio. Estás limpiando grafiti con grafiti; y el grafiti ilegal es una parte del grafiti. Da igual que pintes muros legales, que hay otros muros que se van a pintar de ilegal; no yo, porque yo no me dedico a eso, pero otra gente sí», aclara Ángel, uno de los ocho creadores, de Murcia y Orihuela, que han puesto su firma en las paredes del Fofó. El propio Clemente García reconocía esta situación: «Hay grafiteros que se plantean que es incompatible. Pero nuestro lema es claro: el grafiti es un arte, pero el lienzo donde tú plasmas tú grafiti tiene que ser el adecuado. Puedes hacer una obra maestra en un sitio que nosotros tenemos para que la hagas, o puedes hacer una obra maestra en los soportales de la catedral; a partir de ese momento, esa pieza acaba siendo una chapuza, vandalismo».

Aunque hoy los autores volverán para pulir sus murales, la Oficina del Grafiti ya trabaja en el próximo muro que recibirá la visita de estos artistas, que bien puede ser una «pared municipal o una cesión privada». Y es que, en su labor de limpiar las paredes de Murcia, Clemente García asegura que también ejercen de 'asesores' para los vecinos que solicitan la limpieza de sus muros: «Valoramos si es conveniente limpiar, si es conveniente pintar o si es conveniente utilizar ese espacio para hacer un buen mural». Y, como reconoce Ángel: «Yo lo que quiero es pintar y tener un muro para hacerlo; y si tengo botes gratis, pues mejor»