La iglesia murciana iniciaba ayer el año extraordinario de la Misericordia con la apertura de la Puerta del Perdón de la Catedral de Murcia.

El cortejo encabezado por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, quien estuvo acompañado del Arzobispo Emérito de Burgos, Francisco Gil, y del obispo de Gurúè, en Mozambique, ambos murcianos, partió desde la iglesia de San Bartolomé donde se leyó la carta del papa Francisco dirigida a todas las iglesias del mundo y en donde se solicitaba la apertura del año de gracia en todas la diócesis del mundo.

La comitiva en la que participaron sacerdotes de toda la diócesis, religiosos y miles de files, llegó entre plegarias hasta el umbral de la Puerta Santa de la Catedral, donde el prelado murciano procedió a su apertura. Tras cruzar la puerta conocida como de San José, realizó la procesión de fe portando el libro de los evangelios.

Durante su homilía, Lorca Planes, recordó que este inicio a nivel mundial significaba que «las iglesias del mundo nos mostramos como un símbolo visible de comunión», puntualizando que «no estamos solos, ni se trata de un invento pasajero». Para el prelado en este año tan significativo para el mundo cristiano, «cualquiera que entre a este templo atravesando la Puerta Santa experimentará el amor de dios». Asimismo pedía que «que el pueblo de Dios reflexione durante el Jubileo sobre las obras de la misericordia espirituales y corporales».

Para Lorca Planes el mensaje principal es «una mirada a Dios como padre misericordioso y una mirada al prójimo como el buen samaritano»

Durante su homilía también tuvo palabras de cariño para los feligreses de la parroquia de Puebla de Soto, cuya imagen de la Misericordia, que se conoce como los Cautivos, presidió el altar mayor de la catedral.

La pasada semana, el Sumo Pontífice, abría la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano inaugurando el Año Extraordinario de la Misericordia, un año que el obispo de Roma calificó como «un don de gracia. Entrar por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Es Él el que nos busca. Es Él el que sale a nuestro encuentro», explicó el Santo Padre.

La colecta irá a la Casa Cuna

El Obispo ha decidido que el óbolo de este año, vaya dedicado integramente a la Casa Cuna de Sucidad, que esta regentada por lasreligiosas de la Anunciación. En palabras del obispo «en esta institución se facilita el don de la vida y las personas acogidas encuentran una formación integral». El centro también dispone de guardería para atender a las madres que acuden con hijos.