Salvador H.C., el hombre al que se juzga desde ayer en la Audiencia Provincial de Murcia ante un jurado popular acusado de planear junto a su amante la muerte del esposo de ésta, ha asegurado hoy que se sintió utilizado por ella.

Durante el interrogatorio, el procesado ha indicado que nunca existió un plan preconcebido para acabar con la vida de A.N., y que todo se precipitó pocas horas antes del crimen, ocurrido el 28 de abril de 2013, cuando la otra acusada, Fabiola B.M., volvió a relatarle que su marido la maltrataba y la vejaba.

Esa situación, que -ha añadido- no pudo dominar, debido también al continuo consumo de alcohol y drogas, estalló cuando la mujer le exhibió un vídeo en el que se veía al asesinado manteniendo relaciones sexuales con una prostituta en las afueras de Murcia.

Según Salvador H.C., la contemplación de ese vídeo lo exacerbó aún más, por lo que decidió coger un cuchillo de su casa y dirigirse al descampado, ubicada en la pedanía murciana de Puente Tocinos, en el que el matrimonio había quedado para mantener relaciones sexuales.

El acusado ha reconocido, como ya lo había hecho durante la instrucción judicial, que se acercó al coche donde la pareja mantenía esa relación carnal para acercarse por la espalda del marido y cortarle el cuello.

Incluso ha admitido que tras la puñalada llegó a ponerle una pierna encima para que no se moviera, pero que en pocos segundos A.N. dejó de moverse.

Tras el crimen, la pareja marchó a la casa de él, donde cambiaron de ropa, procediendo él, más tarde, a tirar la mochila con el cuchillo y la ropa a dos contenedores ubicados en los términos municipales de Alhama de Murcia y Totana.

En otro momento del interrogatorio ha asegurado que si en los días posteriores continuó con Fabiola H.C., nacida en Bolivia, "fue porque lo que hice lo había hecho por ella y no podía dejarla abandonada, porque no tenía ni para comer".

El acusado -que se ha confesado consumidor de cocaína desde los 17 años y que siempre ha sido una persona retraída, sin relaciones sociales- ha afirmado también que en varios momentos intentó quitarse la vida, una de ellas, en el hotel de Alicante al que se habían desplazado días después del crimen y en el que ambos fueron detenidos por la Policía.

La acusada, al declarar ayer, insistió en varias ocasiones en que su marido la maltrataba, pero negó de forma insistente que hubiera planificado con su pareja darle muerte.

El fiscal ha pedido para ella, por la agravante de parentescto, veinte años de prisión, y para él, 17 años.