Hace dos años y medio del fallecimiento de Antonio Díaz Bautista, catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Murcia. Pero su legado todavía sigue muy presente en el centro docente y en la mente de su familia, amigos y alumnos, muchos de los cuales se unieron a finales de 2013 para honrar su memoria con la creación del colectivo Cultura Díaz Bautista, que tiene como finalidad retomar el testigo del catadreático y promover y defender la cultura en Murcia.

No obstante, y tras un año y medio de actividad centrada en la organización de charlas, conferencias y exposiciones, la asociación presidida por el que fuera su alumno y expresidente del Club de Debate, Carlos Gil Gandía, ha decidido dar un pasito más en su homenaje perpetuo al difunto catedrático; una acción que ha llegado hasta el despacho del mismísimo alcalde de Murcia, José Ballesta.

Por medio de la plataforma web Change.org, el colectivo lanzó el sábado una campaña popular para pedir al consistorio murciano el nombramiento póstumo de Antonio Díaz Bautista como Hijo Predilecto de la ciudad «que tanto amó» y por la que tanto «luchó» para defender su patrimonio cultural e histórico.

La propuesta -según la nota que ha distribuido el colectivo- pretende no sólo honrar su nombre, sino empapar a todos los murcianos con su ejemplo. Y, de momento, la iniciativa marcha a muy buen ritmo: a primera hora de la tarde de ayer, la petición había alcanzado más de dos tercios de las 500 firmas que la asociación, por medio de Carmen Celdrán, se había marcado como objetivo final. Y es que, desde que se publicara antes de ayer al mediodía y diera el salto a las redes sociales, la propuesta ha tenido una gran acogida entre amigos, conocidos, viejos alumnos y destacados miembros del mundo de la cultura murciana.

"Un sabio"

  • Todo aquel que tuvo trato con él le define como un «sabio», especialmente sus alumnos de Derecho Romano, para los que cada clase que Antonio Díaz Bautista impartía era una lección de vida. Su amor por esta rama del Derecho -de la que era catedrático por la Universidad del País Vasco desde 1985- era de sobra conocido por todos sus allegados, pero sus campos de influencia se extendían mucho más allá de las aulas. Mereció el reconocimiento de la sociedad murciana como acuarelista retratando los paisajes típicos de la huerta, sus costumbres y elementos populares; pero también destacó como musicólogo, habiendo sido presidente de la Asociación Promúsica de la capital autonómica. Sobre ello y muchos otros temas dejó patente su particular visión en artículos en diversas publicaciones especializadas.