El agua es una de las vías de más fácil acceso para distribuir sustancias químicas tóxicas o agentes biológicos, de ahí los exhaustivos controles para garantizar la pureza del agua para abastecimiento humano. En este empeño, la empresa municipal Aguas de Murcia tiene en marcha un novedoso proyecto, 'Bivitox', que ayuda a detectar la existencia de contaminantes en agua destinada a consumo humano utilizando a peces como chivatos.

El equipo técnico de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de La Contraparada ha recurrido a un sistema fiable, barato y operativo para detectar en laboratorios la más mínima alteración en la calidad del agua gracias al percasol (leponis gibbosus), un pez de unos 7,5 centímetros, de una sensibilidad extrema, cuyo comportamiento sirve de alerta a estos científicos.

Ejemplares del río Segura

Los ejemplares empleados proceden del mismo cauce del río y los técnicos hacen un seguimiento de su comportamiento en tanques con un dispositivo a medida que incluye grabaciones en vídeo. En las peceras se monitoriza el comportamiento de los peces y sus constantes vitales: el ritmo de su respiración, el latido del corazón, el modo en que nadan e incluso si tosen. Hay sensores que pueden detectar al milímetro las señales eléctricas generadas por los peces, los cuales cambian repentinamente sus movimientos si hay toxinas en el agua.

El coordinador del equipo, Domingo Campillo, indica a LA OPINIÓN que era necesario encontrar un sistema que tolerase todas las aguas "y que incorporase unos organismos vivos que fueran sensibles, medibles, visibles y reales". El percasol es, hasta el momento, el 'centinela' más apropiado en el agua ya que es sumamente sensible a un amplio número de toxinas -metales tóxicos, cianuro, pesticidas, etc-.

"Llevamos ya un año y medio con ensayos en la planta piloto de La Contraparada y esperamos tener ya resultados para el año que viene", asegura Campillo, quien indica que el equipo que lidera esta investigación está formado por cinco técnicos y ha recibido apoyo de la Universidad de Murcia y de la Jaime I de Castellón.

La iniciativa cuenta con un presupuesto de 143.264 euros -por cada uno de los dos años en los que desarrolla- y ha contado con dos ayudas del ministerio de Industria, Turismo y Comercio: en 2007 recibió una subvención Profit (Programa de Fomento de la Investigación Técnica 2004-2007), de 34.000 euros, y en 2008 se ha beneficiado de una ayuda del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica, dentro del subprograma de Investigación Aplicada Industrial, de 25.957 euros. El total de la ayuda recibida asciende al 42% del presupuesto total del proyecto.

No obstante, desde Aguas de Murcia insisten en que esto son pruebas, pero que la calidad del agua de consumo es "excelente".