Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y responsables de Protección Civil llevan días haciendo batidas por el monte de La Unión (tanto de uniforme como de paisano) con el fin de localizar al pirómano que este verano llegó a provocar una decena de fuegos.

La actuación de estos efectivos se ha convertido en una medida preventiva. Debido al despliegue, las ansias incendiarias del pirómano parecen haberse calmado, y hace días que no se produce ningún incendio, tal y como indicaron fuentes cercanas.

En La Unión todo comenzó el 25 de julio, en el paraje El Chorrillo, con un fuego que tenía cuatro focos distintos. El mismo día, en el paraje Cabezo Rajao, dos focos más. Y también el mismo día, dos focos más en el paraje del polígono industrial Lo Tacón.

Siguió el 31 de julio. Un particular avisó del fuego: dos focos en Cabezo Rajao. Y el 1 de agosto más alertas: en Cabezo Rajao otra vez, de nuevo en El Chorrillo (dos focos también) y luego en El Lazareto. Policía Local y Bomberos se emplearon a fondo y las llamas no fueron a más. Y, con la llegada de agosto, más alarmas. Fuentes cercanas indicaron que en esta ocasión hubo dos focos, en un lateral del Cabezo Rajao, cerca de las Casas de Perín y de El Garbanzal.

Otro en el Noroeste

No es el único pirómano que anda suelto por los montes de la Región. En la comarca del Noroeste tienen otro, sospechoso de pegarle fuego al cerro de San Miguel, en Calasparra. Este sujeto empleó artefactos incendiarios con algún tipo de retardo. La Guardia Civil también sigue buscándolo. Asimismo, fueron provocados los incendios de Cañaverosa y Architana, en Moratalla.