El hombre que en el madrugada del pasado miércoles fue detenido como presunto autor material del intento de robo de un vehículo, pasará una noche más en los calabozos de las dependencias de la Guardia Civil de Caravaca, hasta que hoy pase revisión por un médico forense, y paralelamente se determine su situación legal en España, lo que todo hace prever que será enviado a un centro psiquiátrico a la espera del juicio.

El varón de 36 años de edad y nacionalidad marroquí fue detenido en las inmediaciones del campo de fútbol, tras intentar -supuestamente- sin éxito sustraer un microbús de la empresa caravaqueña López, que se encontraba aparcado en la propia estación de autobuses del municipio.

Según relató a este diario, fue el consejero de la estación, Francisco Manuel Olivares, quien dio la voz de alarma, «cuando llegué a mi puesto de trabajo, me di cuenta que el vehículo estaba cruzado en mitad de la salida, al no ver a ningún chófer de la empresa, llame al encargado quien vino y comprobó que efectivamente el vehículo había sido manipulado». Olivares explicó que tras personase la Guardia Civil y el encargado darse cuenta de que le faltaba la documentación del vehículo y las tarjetas del gasoil, se traslado hasta la gasolinera que está situada a escasos metros de la estación, para proceder a dar de baja las tarjetas, «allí contando lo que había sucedido al dependiente notó que una persona lo miro de manera muy rara y que salió huyendo, fue entonces cuando volvió a la estación y se lo contó a los Guardias Civiles», manifestó el encargado.

Inmediatamente la Guardia Civil inició una búsqueda del hombre, dando con él a pocos metros de la estación, concretamente en la puerta del campo de fútbol, una vez detenido fue llevado hasta la estación, para reconocer si una mochila que había en el autobús era suya, «el hombre dijo que sí, que era suya, dentro de la mochila había un Corán, documentación falsa, tarjetas de crédito robadas, tarjetas de telefonía, así como diversos billetes de autobús de España y Francia, concretamente de Marsella», concretó Francisco Manuel Olivares.

Alarma social

Una noticia que alarmó a la sociedad caravaqueña, cuando por internet corrió el bulo de que se trataba de un yihadista y que en el momento de su detención habría comenzado a gritar "Alá es grande", algo que desmintió el propio responsable de la estación que se encontraba presente en el momento de su detención.

El servicio de Información de la Guardia Civil también ha comenzado a investigar ya al joven por si tras su intento de robo del microbús pudiera encontrarse una conducta radical, pero por el momento el caso se instruye como un robo común.

Ante la alarma provocada, el propio consistorio envió, a través de las redes sociales, un comunicado para llamar a la calma a la población. El alcalde de Caravaca de la Cruz, José Moreno, explicó que «se trata de un robo común, de una persona que supuestamente tiene un trastorno psicológico», matizando que «no hay nada que nos haga pensar que mantiene ninguna conexión con el yihadismo, por lo que la ciudadanía tiene que estar tranquila».