Los vecinos de la avenida de Levante llevaron anoche sus protestas al pleno de la corporación municipal. Estos ciudadanos se oponen a la futura construcción de un surtidor de gasolina, lavadero y tienda de autoservicio en pleno casco urbano de la ciudad, por lo que llevan recogidas miles de firmas en contra de la instalación de una gasolinera en la zona.

Los afectados tuvieron la oportunidad de exponer su problemática a los 21 ediles del Consistorio, ya que la alcaldesa, Juana Guardiola Verdú, les cedió la palabra una vez finalizada la sesión plenaria. Así, decenas de vecinos pidieron la paralización inmediata de las obras de la gasolinera «por estar situada en pleno casco urbano, lo que conlleva un serio peligro de contaminación a través de la emisión de gases cancerígenos a la vez que existe un transformador eléctrico en la calle Joaquín Turina que no es compatible con la instalación».

Los permisos en regla

La pasada semana la alcaldesa dejó claro que las obras se están ejecutando con arreglo a ley y que «no hay argumentos por parte de los vecinos para paralizar los trabajos, ya que esta gasolinera no tiene calificación contaminadora para la atmósfera».