Fieles a la tradición, varios municipios se echaron ayer a la mar para rendir tributo a su patrona, la Virgen del Carmen. Fue el caso de San Pedro del Pinatar, donde pescadores y fieles escoltaron al trono hasta Lo Pagán en una romería que discurrió por tierra y agua. A las 7 de la mañana, una diana por las calles de San Pedro daba el pistoletazo de salida a una jornada que contó con una misa en la plaza de la Constitución. Después, miles de personas peregrinaron desde la iglesia de San Pedro Apóstol hasta el puerto de Lo Pagán, con paradas en los altares que los vecinos levantan en honor a la Virgen para entonar la Salve Marinera.

En Águilas, la cita para las gentes de la mar comenzó con la misa marinera en la Lonja de Pescado. Nadie relacionado con la mar faltó: fue el punto de encuentro entre los pescadores en activo y jubilados, con sus mayores, sus hijos y nietos, aunque ahora no se dediquen a la pesca. La misa concelebrada fue presidida por el sacerdote aguileño José María Fernández-Corredor, a la que asistieron todas las autoridades, entre ellas la alcaldesa de Águilas, además de la directora general de Pesca, quienes acompañaron al patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Águilas, Domingo Díaz.

Mula conmemoraba ayer la festividad con diversos actos dirigidos a la patrona de la localidad. A las 6 de la mañana tenía lugar una gran alborada de campanas y disparo de cohetes. A medio día volteaban de nuevo las campanas en honor a la Virgen desde la ermita del Carmen. Por la tarde se celebraba una solemne eucaristía tras la que se procedió a acompañar a la imagen por las calles del barrio del Carmen en procesión. Los actos culminaban al regreso a la ermita con una Salve en honor a la Virgen.

Igualmente, los vecinos de Mazarrón acompañaron por la mañana a la Virgen a la Lonja antes de celebrar una misa en honor a la patrona de los pescadores. Después se llevó a cabo la procesión por la bahía de Mazarrón. La embarcación Alonso y María portó a la patrona.

Fervor por la madre del monte Carmelo

Aunque Caravaca no tenga tradición marítima por su evidente situación geográfica, las figuras de San Juan y Santa Teresa, tan presentes en la Ciudad Santa del Noroeste murciano, marcaron una impronta especial a la sociedad caravaqueña por el amor a la madre del monte Carmelo. Así, cientos de personas acompañaron a la Virgen del Carmen, que ´procesionó´ en su trono por las calles adyacentes al convento, donde habitan los padres carmelitas descalzos.