Fieles a la tradición, cientos de jumillanos se preparaban en la mañana de ayer para acompañar al Cristo Amarrado a la Columna, imagen de Francisco Salzillo, hasta el Convento Franciscano de Santa Ana del monte, su morada habitual. Pero la aparición de la lluvia a media mañana impidió que los fieles completaran el recorrido y disfrutaran de una jornada de convivencia en el monte.

El punto de partida de la romería fue la Parroquia Mayor de Santiago. A las 06.30 de la mañana tuvo lugar la misa de despedida del Amarrado, a la que acudieron un gran número de fieles. Al acto asistieron la alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola; representantes de la Corporación Municipal; la diputada regional del Partido Popular, Severa González, además de numerosos miembros de la Hermandad del Cristo Amarrado a la Columna de Jumilla y centenares de vecinos y visitantes de otras localidades que vitorearon «viva el Cristo» a su paso por las calles de la localidad.

La lluvia amenazó desde el primer momento, ya que un par de horas previas a la misa, comenzaron a caer algunas gotas para disgusto de los más madrugadores. Una vez emprendida la marcha y sin perder de vista el cielo, fueron constantes las consultas a las aplicaciones móviles para revisar la predicción de lluvias, que finalmente hicieron acto de presencia alrededor de las once de la mañana, interrumpiendo la marcha hasta el convento y obligando a echar mano de paraguas y chubasqueros a todos los romeros.

A la altura del conocido como Camino del Cruce del Prado, la imagen del Amarrado tuvo que ser cubierta con un plástico y transportada en un vehículo hasta el Convento. Asimismo, los vecinos, que acostumbran a pasar un día en el monte tras la romería, tuvieron que regresar a sus casa.