Un centenar de personas rindieron ayer en Mazarrón un homenaje a las víctimas de los accidentes mineros. El acto tuvo lugar alrededor de la una del mediodía en la rotonda de acceso a la Avenida de las Moreras, donde se halla ubicado el monumento al minero. Allí, se depositó una corona de laurel como homenaje a todos los mineros del municipio. Dos profesionales retirados recordaron ante los presentes la dureza de un trabajo que a menudo quebraba familias en el municipio. El acto contó con la actuación de un conjunto instrumental de la Banda de Música de Mazarrón.

La iniciativa, que a partir de ahora se repetirá todos los años, partió de familiares de fallecidos en la mina y fue aprobada en pleno por unanimidad. La causa de que el mes de febrero sea la fecha elegida tiene su explicación en la que fue la mayor tragedia acaecida en las minas de Mazarrón. El 16 de febrero de 1893 perdieron la vida 28 mineros en un accidente registrado en el pozo María Elena de la mina Impensada. A las muertes en accidentes se les sumó más tarde los fallecimientos por enfermedades derivadas, como la dolencia pulmonar de la silicosis.