Centenares de personas, entre ellas las principales autoridades y agentes sociales de la Región, asistieron ayer al funeral del político socialista Miguel Navarro, alcalde de Lorca durante 13 años y presidente de la Asamblea Regional durante seis, que murió el martes a los 63 años de un ataque cardíaco. Su capilla ardiente, instalada en el tanatorio Lázaro Soto de Lorca, recibió la visita de miles de personas a lo largo del día, como acreditaban los libros de condolencias repletos de firmas y las decenas de coronas de flores remitidas por partidos políticos, instituciones, colegios profesionales, colectivos vecinales, oenegés y hermandades de Semana Santa.

El féretro de Navarro estuvo cubierto durante las exequias por estandartes de las cofradías a las que era afecto, el Paso Azul y el Paso Encarnado, y su funeral, celebrado en la capilla del tanatorio, estuvo marcado por un breve discurso de agradecimiento de una de sus cinco hijos, la periodista Encarna Navarro. La salida del coche fúnebre que contenía su ataúd y tras el que caminaban la viuda y los hijos del político, estuvo acompañado por el aplauso de los asistentes.

Entre ellos el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez; la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver; el delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís;el alcalde de Lorca, Francisco Jódar y el secretario general del PSRM-PSOE Rafael González Tovar. Todos tuvieron palabras de elogio para Navarro y el presidente de la Comunidad dijo de él que en momentos políticos complicados «siempre hizo lo posible por conseguir el consenso, con diálogo y responsabilidad» y opinó que fue «un gran lorquino, un gran murciano y un político de raza y altura de miras».

Peñalver recordó como bajo su presidencia en la Asamblea Regional, Navarro consiguió que el Parlamento se abriera a la sociedad murciana y lo definió como «un gran político, con un carácter muy definido y muy peculiar, al que siempre se recordará».

En términos parecidos habló de Navarro el delegado del Gobierno, al que el político socialista le recordaba «a uno de esos grandes políticos de la Transición», o el actual alcalde de Lorca, Francisco Jódar, vestido de luto, que ayer ensalzó su figura política «más allá de las diferencias», la buena y estrecha relación personal que mantuvieron y «su capacidad de diálogo y el cuidado de las formas» siendo alcalde.

"Un día triste para la ciudad"

Jódar, del PP, dijo que el de ayer era «un día muy triste para la ciudad» y aseguró que habrá tributos póstumos a Navarro que aún no están decididos, en un momento en el que algunos colectivos sociales anuncian el inicio de campañas para poner su nombre a una calle o para que su busto presida algún punto emblemático de la ciudad, Rafael González Tovar el secretario general del PSOE, en el que Navarro militó entre 1976 y 2009 y de cuya ejecutiva federal llegó a formar parte, dijo que los socialistas «nos seguiremos acordando de él siempre, porque su contribución fue clave». El líder de los socialistas defendió que «esta Región tendrá que tener gestos de reconocimiento a la labor de Miguel tanto en la Asamblea Regional como en el propio partido» y se comprometió a a anunciar en los próximos días las decisiones que se adoptarán desde el punto de vista orgánico para «evidenciar nuestro inmenso cariño» a la figura de Navarro.

Su antecesor en el cargo como alcalde de Lorca, José Antonio Gallego, también del PSOE dijo de él que «la historia le pondrá en el lugar que le corresponde». También hubo palabras de elogio del ex presidente de Murcia, Alberto Garre, del ex presidente de la Asamblea, Francisco Celdrán, de la alcaldesa de Águilas, María del Carmen Ruiz, entre otros que acudieron a dar el último adiós a Miguel Navarro, cuyos restos mortales fueron incinerados.