Parece mentira que uno de los deportivos más apasionantes y espectaculares del mercado no estuviera precisamente destinado a la cadena de producción. El Lexus LC 500 nació como un ejercicio de estilo para mostrar el poderío de la división de lujo de Toyota en las muestras del automóvil más representativas del mundo. Pero la cosa trascendió y los responsables de la marca decidieron su producción en serie para deleite de los aficionados al mundo del automóvil en particular y de los amantes de la belleza en general.

Asombroso desde cualquier ángulo, el LC 500 nos obsequia una imagen difícil de igualar y que le aleja de los deportivos hasta ahora vistos: detalles imposibles y resueltos con maestría, ángulos audaces, pliegues... Un conjunto musculoso y extremadamente dinámico que invita a caerse en su puesto de mandos y dejarse querer por las sensaciones que promete.

Como no podía ser de otra forma (la hibridación de la marca manda), el LC 500 se configura con una variante con este sistema mixto (LC 500h) y otra de gasolina (LC 500). La primera de ellas cuenta con un motor de gasolina V6 de 3,5 litros de cubicaje que estrena la primera transmisión de 10 velocidades del mundo. Completa el exquisito cóctel mecánico un potente motor eléctrico que, sumado al principal térmico, ofrecen nada menos que 359 CV. El LC 500 de gasolina está animado por un V8 de 5 litros con 477 CV, junto a la transmisión automática de diez relaciones.

Los clientes y amigos de la marca (así como la prensa especializada de la región) que acudieron a las instalaciones el pasado jueves, contemplaron el soberbio deportivo, que eleva aún más la imagen de una firma que no para de crecer. Prueba de ello es el espectacular aumento de más del 70 % en ventas, respecto al pasado ejercicio, que ha logrado el equipo humano de Lexus Murcia.