Piensen en las realizaciones más lujosas de las marcas ´premium´ alemanas: berlinas comodísimas llenas de detalles o deportivos de prestaciones fulgurantes. Pues bien, por encima de este exclusivo universo todavía hay un paso más, un fabricante que hace sus vehículos a mano, con tanto esmero que cada uno de sus modelos podría pasar por una obra de arte.

Reservados para el placer de unos pocos, cualquier Bentley eleva hasta el máximo todas las cotas imaginables: refinamiento, calidad y, como no, mecánicas. Todo un caudal de sensaciones difícil de explicar y que nos hace pensar en vehículos de otro mundo, de una estética poco común que integra líneas clásicas con una deportividad que asusta.

Precisamente comenzamos por esta última cualidad, la deportiva, desplegada descaradamente en el Continental GT, un cuatro plazas de 4,80 m. que presume de mecánicas de ocho y doce cilindros en ´V´. La gama se articula en cinco variantes: GT V8 de 507 CV; GT V8 S de 530 CV; GT W12 de 590 CV; GT Speed de 625 CV y GT3-R de 580 CV.

Para esta nueva entrega, los Continental GT y GT Convertible (la versión descapotable) han actualizado su exterior con nuevos paragolpes, otras entradas de aire y escapes. Además cuentan con llantas rediseñadas de 20 y 21" y suman tres colores de carrocería. El interior cambia los tapizados y el volante con las levas del cambio, así como la consola central y el tablero de instrumentos. Como novedad en el equipamiento, ahora todos los Continental GT tienen wifi a través del completo y avanzado sistema multimedia de serie a bordo. En cuanto a las cuestiones mecánicas, se incorpora una caja automática de la firma ZF de ocho velocidades para los V8, más eficiente pues mejora la aceleración y rebaja unas décimas el consumo.

El precio de partida de los Continental GT ronda los 190.000 euros y las prestaciones se pueden imaginar: el más lento GT V8 alcanza los 100 km/h desde parado en 5 segundos y roza los 300 km/h de punta de velocidad. El consumo medio homologado es de unos 14 litros por cada 100 km.

Seguimos con la berlina Flying Spur, un vehículo majestuoso de 5,3 m. de longitud que sorprende por sus reacciones al volante, algo que contrasta con su imagen elegante y tranquila. Para esta nueva etapa, el Flying Spur mantiene el motor W12 pero con ajustes que elevan su poder hasta los 625 CV, e incorpora el V8 del Continental GT en su versión de 507 CV. Al igual que en el otro modelo se incluye la caja de cambios automática de ocho marchas con levas tras el volante. El bastidor aumenta su rigidez torsional (algo a destacar para un coche con una distancia entre ejes de más de tres metros) y mejora la comodidad gracias a una nueva talla de neumáticos y a los reglajes de la suspensión.

Dentro hay cambios en la consola, con una pantalla táctil de 8" para gobernar el sistema multimedia. También dispone de una nueva carta de acabados para las combinaciones del interior en madera y cuero y hay más opciones multimedia, como las pantallas en los respaldos para los ocupantes traseros o la conexión wifi. Los precios del Flying Spur parten desde los 220.000 euros.

Por último, el Bentley Mulsanne representa el tope de gama dentro de la familia del fabricante inglés. Es otra berlina de casi 5,6 m. de longitud y su precio va desde los 356.000 euros. También se ha renovado con nuevos colores para la carrocería y varios detalles del interior. Ahora, sobre la misma base mecánica V8 de 513 CV, hay una variante llamada Mulsanne Speed, que rinde 537 CV. En las dos motorizaciones se ha rebajado el consumo y el cambio es el automático de ocho velocidades.