Los líderes de la Unión Europea (UE), salvo Reino Unido, acordaron hoy comenzar a preparar a nivel interno la segunda fase de las negociaciones del "brexit", en la que se fijará la relación futura entre ambas partes, pese a que no hay progresos suficientes para pasar ya a esta etapa.

"Adoptadas las conclusiones sobre el brexit. Luz verde de los líderes para las preparaciones internas de la UE a 27 para la segunda fase", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un mensaje en la red social Twitter.

Los líderes de la Unión Europea dedicaron apenas unos minutos de su segunda jornada de la cumbre, que se celebró ayer y hoy en Bruselas, a adoptar sus conclusiones sobre las negociaciones del "brexit", después de que la primera ministra británica les informase ayer sobre su postura con respecto a las mismas.

Los jefes de Estado y de Gobierno se han ajustado a lo previsto por el negociador jefe de la Comisión Europea, Michel Barnier, quien tras la última ronda de negociación entre ambas partes, concluida el 12 de octubre, afirmó que no podía recomendar a los países pasar ya a la segunda etapa de la negociación puesto que los avances en la primera fase no son suficientes.

En sus conclusiones, los líderes reconocen que se han hecho "progresos" hasta ahora pero piden "seguir trabajando para consolidar la convergencia conseguida" para poder pasar a la segunda fase "tan pronto como sea posible".

Los Veintisiete se comprometen a volver a evaluar la situación en la cumbre de diciembre para "determinar si se han logrado progresos suficientes" en cada una de las tres áreas prioritarias de la primera etapa de negociación: la situación en Irlanda del Norte, los derechos de los ciudadanos británicos en la UE y viceversa, y el acuerdo financiero de salida.

Si este es el caso, explican, adoptaran nuevas guías negociadoras en relación al "marco para la futura relación y los posibles acuerdos transitorios"; es decir, los que se aplicarían desde el momento de la salida de Reino Unido, prevista para marzo de 2019, hasta la entrada en vigor de un nuevo acuerdo de asociación.

En este contexto, los líderes han pedido al Consejo -sus ministros- y a Barnier "empezar las discusiones preparatorias internas".

Con respecto al estado actual de la negociación, los líderes valoran los progresos conseguidos en materia de derechos de los ciudadanos e insisten en el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para garantizar que estos quedan protegidos, uno de los puntos más conflictivos para Reino Unido, que pone en entredicho el rol de esa corte en el futuro.

Sobre el punto más conflictivo hasta ahora, el acuerdo financiero de salida, los Veintisiete recuerdan que Reino Unido ha afirmado que "honrará sus obligaciones financieras" adquiridas como miembro, pero que "esto no se ha traducido en un compromiso firme y concreto".

Los líderes reconocen también "algunos progresos" sobre la situación de Irlanda del Norte en lo que se refiere a la protección del Acuerdo del Viernes Santo, pero insisten en que debe evitarse crear una "frontera estricta" entre esta región de Reino Unido y la República de Irlanda y piden a Londres que se comprometa a encontrar soluciones "imaginativas y flexibles" para ello.