Al menos 21 personas fueron decapitadas ayer en el sur de Filipinas en una matanza desencadenada por una disputa política entre los clanes de un gobernador y el rival que quiere disputarle el puesto en las próximas elecciones. La amenaza de que la matanza desate una espiral de venganzas llevó al Gobierno a declarar el estado de excepción en la provincia de Maguindanao por "el mayor acto de violencia sin sentido en los últimos tiempos", según lo calificó el asesor presidencial Jesús Dureza.

A media mañana, unos cien hombres armados secuestraron de treinta a cincuenta personas -entre ellas abogados de derechos humanos y a una decena de periodistas- que acudían a la oficina regional de la Comisión Electoral a presentar la candidatura a gobernador de Ibrahim Mangudadatu.

Los pistoleros introdujeron a sus rehenes en varios vehículos y a toda prisa huyeron del lugar. Poco después un grupo de soldados que salió en su persecución halló los cadáveres decapitados de trece mujeres y ocho hombres, incluidos la esposa y tres hermanos del político.

De inmediato, Mangudadatu responsabilizó al gobernador Andal Ampatuan, conocido en la zona como 'El Padrino' y cuyo hijo Unsay estaba al mando de la operación de secuestro, según el teniente coronel Romeo Brawner, portavoz del Ejército filipino. Brawner añadió que varios secuestradores estaban empleados como escoltas y guardas de seguridad en el ejército privado de la familia Ampatuan, cuyo patriarca pretendía impedir que Mangudadatu se enfrentara a él en las elecciones del próximo mayo.

El militar señaló además que teme que haya más cuerpos sin vida enterrados cerca de donde encontraron los otros. Por su parte, el jefe de la Policía filipina, general Jesús Verzosa, anunció el inicio de una investigación y el despliegue de una unidad especial de agentes para capturar a los asesinos. Desde hace años, los clanes Ampatuan y Mangudadatu están enzarzados en una disputa en la que hasta ahora casi siempre se ha impuesto la familia del gobernador, que tiene cuatro mujeres en su calidad de 'datu' o jefe tribal musulmán. Su rival, Ibrahim Mangudadatu desempeña el cargo de vicealcalde de la población de Buluan, cuyo regidor es Unsay Ampatuan, uno de los treinta vástagos del "capo" provincial, que controla por medio de hijos o nietos 18 de los 22 municipios. Por si esto no fuera suficiente, el primogénito, Zaldy Ampatuan, es desde 2007 el todopoderoso gobernador de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán, de la que forma parte Maguindanao.

En este territorio sin ley, como es visto desde Manila, Andal Ampatuan ha construido para sus acólitos una enorme mezquita con aire acondicionado, vive rodeado de guardaespaldas, y luce collares y un Rolex de oro en una de las zonas más empobrecidas de Filipinas.

Sucesos de este tipo son muy habituales en Filipinas, donde las disputas políticas se solucionan a tiros y los responsables suelen eludir la acción de la justicia.