«No están permitidos ni los móviles ni los relojes». Esta frase ha sido una de las más repetidas en las aulas de la Universidad de Murcia (UMU) y la Politécnica de Cartagena (UPCT). Más de 7.200 alumnos de toda la Región iniciaron ayer la que será la última Selectividad.

Y es que, el auge de la tecnología inteligente ha endurecido las Pruebas de Acceso a la Universidad. Ahora los docentes están más pendientes que nunca de que los jóvenes no lleven reloj ni dispongan de teléfono móvil. Cualquier alumno se expone a ser echado de las mismas si se le pilla consultando un ´smartwatch´ o le suena el teléfono en clase.

A las puertas de las aulas del Campus de Espinardo se quedaron los nervios y las inseguridades durante los noventa minutos que duró la primera prueba de la jornada, la de Lengua y Literatura. Tras la misma, el turno fue para el examen de Idiomas y por la tarde los alumnos tuvieron que enfrentarse a la Historia de la Filosofía y la Historia de España.

Minutos antes de entrar en las aulas del campus de la UPCT, en los corrillos los chicos consultaban dudas de última hora a sus profesores. Lo que más les preocupa, según Francisco Javier Fernández, docente del IES Sabina Mora, es aparte del examen si deben guardar en la mochila el reloj, fuera o no un smartwatch. «Es inevitable que se pongan nerviosos el primer día y que no vengan con una o dos valerianas encima», aseguró el profesor que dijo sentirse también preocupado porque este año ha coincidido la Selectividad con el Ramadán y sus alumnos musulmanes han ido al examen sin comer ni beber nada, «esperemos que no pase nada».

«Con un poco de miedo»

Asimismo, algunos alumnos manifestaron sentirse «impresionados y con un poco de miedo» al entrar en la Escuela de Industriales de la UPCT. Un temor que, docentes como Carmen Rosa Cantón, de San Vicente de Paúl advirtieron, «se pasa cuando se sientan y ven el primer examen».

Para manejar los nervios ante las pruebas, no hay nada mejor que «estar seguro de ti mismo». Esto es lo que opinó el joven Antonio Martínez, al que le gustaría poder entrar en la Academia General del Aire. Aunque si no lo consigue, tiene claro que estudiará «alguna ingeniería» en la Politécnica. Quien sí que acudió a los exámenes de las materias comunes «más tranquila» fue Marta de Lara, de Carmelitas, que conocía bastante bien en qué consisten las pruebas, ya que es la quinta vez que se examina.

«Necesito subir la nota para entrar en la Academia General del Aire y éste es el año que más tranquila voy», dijo.

Las pruebas de calificación continúan entre hoy y mañana con los exámenes de materias específicas.