El FC Cartagena suma y sigue. Esta vez a costa del recién ascendido Atlético Sanluqueño, que inquietó a los blanquinegros en muchas fases del partido y que llegó a estrellar tres balones en la madera. Pero al final la calidad es la calidad y de eso anda sobrado el FC Cartagena, que ayer volvió a dar una exhibición de pegada que deja a las claras que no es un equipo de Segunda División B, sino de cotas mayores.

El técnico albinegro supo aprender de los errores que su equipo cometía hace tres semanas, cuando se enfrentaba a este mismo equipo en El Palmar en el torneo copero. Por aquel entonces, el FC Cartagena, menos curtido, jugó un mal choque y acabó perdiendo en los últimos instantes. El entrenador sacó lo positivo de aquello y ayer decidió cambiar el dibujo táctico de su equipo.

Para empezar dejó a Perona, el máximo goleador, en el banquillo. A muchos les puede extrañar la decisión, que el mismo Pato argumentaba al final del encuentro. Decidió un 4-3-3, con más presencia por las bandas y el resultado, como se puede observar, fue el más adecuado.

Florian demostró que es capaz de fajarse en cualquier tipo de situaciones y campos y ayer volvió a exhibir su capacidad, clase y lucha. Fue protagonista, otra vez más, en una de las acciones que culminaron en gol para los cartageneristas. El defensa Navarro y el centrocampista Óscar Rico, que, curiosamente coincidieron el año pasado en el Orihuela, fueron los autores de los dos tantos que mantienen al FC Cartagena al frente, y en solitario, del grupo cuarto de Segunda División B.

Salvo en los primeros compases del encuentro, cuando el Sanluqueño llevó la voz cantante, la igualdad fue la nota predominante de la primera parte. El conjunto dirigido por Pato tuvo que capear el temporal en los primeros quince minutos. Los de Pedro Buenaventura controlaron el partido y se acercaron con peligro sobre las inmediaciones de la portería del guardameta albinegro Víctor en varias ocasiones.

La primera de ellas, cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de juego. Salvi se internó por la banda y dibujó una diagonal perfecta para acabar cruzando excesivamente el balón. Era el primer aviso verdiblanco. El FC Cartagena había optado por esperar atrás con las líneas muy juntas para sorprender después a la contra, pero el rival le ponía las cosas difíciles con un repliegue efectivo que invalidaba la intentonas de los pupilos de Pato.

Rebasado el cuarto de hora el Sanluqueño rozó el gol tras un error garrafal de Víctor bajo palos en un pase comprometido de Urzaiz. El meta dejó escapar el balón y éste fue a parar a los pies de Espinar, pero el cancerbero reaccionó a tiempo y sacó una manopla espectacular solventando el fallo anterior y demostrando unos reflejos felinos.

Parecía que de tanto ir el cántaro a la fuente esta se podía romper en cualquier momento. Sin embargo, sucedió todo lo contrario y a medida que las manecillas del reloj siguieron su curso el FC Cartagena se metió en el partido.

La primera acción ofensiva de los albinegros fue un disparo lejano de Diego Segura que a punto estuvo de sorprender a Savu, el guardameta del Sanluqueño. Acto seguido Segura buscó la escuadra de la meta andaluza, pero su lanzamiento tampoco encontró puerta. Eran los mejores minutos del Cartagena, pero la defensa del Sanluqueño se mostró firme atrás y prácticamente no concedió espacios cuando los de Pato rebasaban los tres cuartos de campo.

Momento crucial del choque

Pero cuando parecía que se iba a alcanzar el tiempo de asueto con las tablas iniciales en el marcador, apareció Navarro en el último suspiro para recoger un centro medido desde el costado derecho y empalmarlo al fondo de las mallas sanluqueñas.

Tras el paso por vestuarios el Cartagena siguió llevando la batuta del juego. Buscó el tanto de la sentencia por todas las vías, pero éste no llegó hasta que Óscar Rico aprovechó un servicio de Florian desde el lateral para hacer el dos a cero definitivo. En el último tramo del encuentro apretó el acelerador el Sanluqueño, pero fue remar para morir en la orilla. Poley estrelló una falta en el larguero a falta de tres minutos de la conclusión. Fue un querer y no poder de los de Sanlúcar, que ayer no tuvieron su día de cara a puerta y así es imposible para un equipo muy inferior al que dirige Pato.