Plaza llena, sol, buena temperatura y la ciudad metida en fiesta mayor, pero el ganado escogido fue abanto, con peligro sordo y sin posibilidades de lucimiento para la terna.

Manuel Escribano tuvo silencio y palmas. Martin Escudero: doble silencio. Nuestro paisano Paco Ureña: leves protestas y palmas. Las protestas al lorquino llegaron por su falta de acierto con los aceros en el segundo de la tarde, en el que escuchó un aviso. Sin embargo en el quinto recetó al tercer intento un estoconazo que brindó al mal toro la oportunidad de morir como bravo en los medios, lo que provocó la sincera ovación del público.

Jornada taurina muy intensa en Dax que por la mañana tuvo otra corrida en la que el paisano Juan Bautista cortó la única oreja y tomó un helicóptero para poder torear por la tarde en Calatayud.