Fútbol

El Real Murcia se monta la fiesta ante el Ceuta y se coloca a dos del play off

Los granas firman el mejor partido del curso para derrotar al quinto clasificado con un gol de penalti de Marc Baró y se jugarán su presencia en la fase de ascenso en las últimas cuatro jornadas

Ángela Moreno

Ángela Moreno

No había dado motivos para soñar el Real Murcia. Pese a la mejoría, es difícil creer en un equipo que cuando menos te lo esperas te firma un borrón. Pero si alguien esperaba que ante el Ceuta llegase uno de esos borrones granas, se equivocó. Porque ante el Ceuta, para sorpresa de todos, se vio al Real Murcia más completo de la temporada. Un Real Murcia que volvió a mantener la portería a cero, pero también un Real Murcia que miró arriba y que buscó la victoria. Un Murcia que nada tuvo que ver con el equipo sin ambición de Málaga, un Murcia que a la media hora ya ganaba gracias a un tanto de penalti conseguido por Marc Baró. Y ni con ese 1-0 se dio un paso atrás. Todo lo contrario. Fue el Real Murcia el único que mereció la victoria, una victoria que incluso se quedó corta. Porque Baró estrelló un balón en la madera y porque Carrillo no tuvo su día, desperdiciando hasta dos ocasiones clarísimas en la segunda parte.

No sabemos si echará el Real Murcia esos goles que le podrían haber dado el goal average ante los ceutíes, pero nadie cuando acabó el partido se acordaba de las ocasiones falladas. Queda mucho por hacer, todavía hay que recortar dos puntos en cuatro partidos, pero después de tantos meses de penurias, Nueva Condomina se merecía una fiesta. Y la tuvo. Ahora solo falta seguir creyendo en que los milagros a veces se hacen realidad.

Cambio de actitud

No era un partido para que le temblaran las piernas al Real Murcia. Y no le temblaron. Tampoco se asustaron los granas ante un Ceuta que saltó al terreno de juego pasado de revoluciones. Era un duelo de tú a tú, era un duelo de alto voltage, y el Real Murcia, sabedor de todo lo que había en juego, se dejó de especulaciones. No valía solo defender, porque un 0-0 interesaba y mucho a los visitantes. Solo valía ganar y se notó en el cambio de actitud de los murcianistas respecto a Málaga.

Desde el minuto 1 se vio a un Real Murcia que no renunciaba al balón. Un Real Murcia que se atrevía a mirar arriba. No había ocasiones, pero las intenciones ya eran suficientes para convencer a una afición que de nuevo había convertido Nueva Condomina en una bombonera. Ayudaba también la presencia de Isi Gómez y Loren Burón en un once en el que también entraba Larrea. Fue Sabit el que se quedaba en el banquillo. 

Si alguien pensaba que el Ceuta, como una semana antes el Málaga, iba a tener la posesión, se equivocó. El Real Murcia no salió agazapado, el Real Murcia salió a presentar batalla y eso posiblemente sorprendió a un equipo rival que, sintiéndose incómodo, apostó por hacer una falta tras otra, un juego que no desagradaba a los locales.

Aunque había algunas llegadas en ambas áreas no sería hasta el minuto 27 cuando se movió el marcador. El colegiado no dudaba en señalar penalti por una caída de Carrillo cuando iba a rematar un córner y Marc Baró, el pimpampum durante muchas jornadas en la primera vuelta, cogía el balón con tranquilidad para firmar un lanzamiento que significaba el 1-0.

Se había demostrado que cuando eres valiente consigues lo que deseas, y lo que deseaba el Real Murcia era ganar al Ceuta; y se había demostrado también que se puede defender y atacar a la vez, porque hasta ese momento los visitantes apenas habían puesto en aprietos a Gianni. Ahora había que demostrar que el Real Murcia no se iba a tirar para atrás, porque eran muchos los minutos que quedaban por delante. Y no lo hicieron en ese tramo final de la primera parte. Es verdad que el Ceuta intentó apretar, pero también es verdad que el que pudo sentenciar el partido fue el Real Murcia. Porque en el minuto 40, Marc Baró estrellaba un balón en el palo tras un lanzamiento de falta.

Carrillo no sentencia

Había agradado el Real Murcia de la primera parte más allá del resultado y lo siguió haciendo tras el descanso. No daban ni un respiro al Ceuta los granas, hasta el punto de desesperar por momentos a los de José Juan Romero. Sin Rodri Ríos en el campo, los ceutíes dependían sobre todo de Cedric, pero Cedri casi siempre fue pan comido para un José Ruiz que si fuera futbolista-influencers ya habrían pedido para él las peñas una estatua o algo. 

Se encantraba tan bien el Real Murcia que a los sesenta minutos ya había tenido ocasiones hasta para sentenciar. No lo hizo por culpa de un Carrillo que hace lo difícil y falla lo fácil. No aprovechó primero una gran jugada de Dani Vega que les dejaba a ambos solos delante del portero (52) y tampoco lo consiguió tres minutos después en otra ocasión en la que hizo grande al meta visitante.

Necesitaba el Real Murcia ese segundo gol y no solo para sentenciar el partido, también para conseguir el goal average a favor después de que el Ceuta ganase el partido de ida por 1-0.

Y, teniendo en cuenta que a partir del minuto 70 el partido se rompió completamente, parecía que los granas tendrían opciones de conseguirlo de estar acertados. Movió el banquillo Alfaro para poner a Amin, que entraba en lugar de Carrillo, y para dar descanso a Loren Burón, cuyo puesto era ocupado por Pedro León.

Fue el Ceuta el que la tuvo en el 79 para igualar, pero el lanzamiento de Carlos Doncel no encontró portería. A continuación, en el otro área, Amin pedía penalti.

El Ceuta, desquiciado

Se estaba descontrolando el partido y por un lado esa locura beneficiaba al Murcia, que aprovechaba cualquier acción para intentar robar unos segundos al reloj, pero también era peligroso, porque quedaban espacios para que el Ceuta hiciese daño cuando parecía que ya estaba totalmente en la lona.

Y la tuvo Dani Romera. El exgrana, que acababa de saltar al campo, se quedó sin gol gracias a una gran parada de Gianni.

Con Nueva Condomina empujando como si no hubiera un mañana y con el partido donde quería el Real Murcia, que se aprovechaba del juego sucio del Ceuta, la victoria estaba más cerca que nunca. Por fin, el murcianismo disfrutaba de un gran día entre tantas desilusiones. Solo faltaba que el colegiado pitase el final para que la fiesta fuese completa. Y ese final llegó, y el 1-0 brillaba en el marcador, y la afición empezaba ya sí a soñar. Todavía habrá que recortar dos puntos en cuatro jornadas, y no parece fácil, pero este Real Murcia, que ha vivido tantas penurias, quiere demostrar que es capaz de todo. Por lo menos quiere pelearlo. Y el mejor ejemplo de ello es el partido contra el Ceuta, posiblemente el partido más completo de lo que va de temporada.