«Intento no mostrarme ni para un lado ni para otro». Con estas declaraciones a La 7 se defendía hace unos días Deseado Flores de las críticas que está recibiendo por dejar en fuera de juego a Mauricio García de la Vega, máximo accionista del Real Murcia tras ejecutar la opción de compra del club, para alinearse al lado de un Raúl Moro que ha regresado pese a que en diciembre dijo que se marchaba sin pedir nada a cambio. Esas palabras del albaceteño también han sido defendidas por Miguel Martínez, presidente del club y cuyo voto hasta el momento siempre ha favorecido a los intereses de los que a lo largo de 2017 han sido sus socios dentro de Nueva Condomina.

Sin embargo las palabras de los dos líderes del consejo de administración contrastan con sus movimientos. Hace una semana, durante una reunión que puede ser invalidada al no convocarse en tiempo y forma y a la que no asistieron Gabriel Torregrosa y Juan Merino al ser contrarios a los movimientos del órgano de control, Miguel Martínez y Deseado Flores abrían la puerta del club a Víctor Manuel Gálvez.

Con este gesto, los responsables granas premiaban al representante de la empresa Gálvez Brothers, que ha pagado una nómina a los jugadores. Dentro del consejo se mantiene además Raúl Moro, que todavía no ha sido capaz de abonar las mensualidades de noviembre y diciembre y que ha endeudado al club en casi 1,5 millones de euros, según los resultados de la última auditoría realizada por la entidad. El que de momento tiene cerradas las puertas del consejo de administración es Mauricio García de la Vega, quien el 7 de marzo ejecutaba la opción de compra para convertirse en propietario del club y que solo una semana después veía como quedaba al margen tras el golpe de estado dado por Miguel Martínez y Deseado Flores para secuestrar la entidad.

Desde que ese momento, el representante mexicano ha intentado lograr una silla en el consejo de administración, ya que no entiende por qué Raúl Moro y Víctor Gálvez pueden participar de la toma de decisiones y a él, que se considera máximo accionista, se le deja fuera. Al igual que Gálvez Brothers, el norteamericano también abonó una mensualidad, la de enero, además de resolver todas las denuncias ante la AFE que había acumulado el equipo de Raúl Moro. Pero desde el consejo, olvidando que las nóminas de julio, agosto, septiembre y octubre salieron del dinero recaudado por la campaña de abonos y por el traspaso de Arturo, ignoran los pagos de De la Vega al considerar que no salen de su bolsillo sino de los ingresos que llegaron al club a principios de año procedentes de varios contratos publicitarios.

A la hora de cerrar la puerta al representante mexicano, el consejo de administración también ha pasado por alto otros logros conseguidos por el norteamericano en los dos meses que se encargó de la gestión del club.

Por un lado, los movimientos en el mercado de Pedro Gómez Carmona como director de fútbol han supuesto un ahorro hasta junio de 150.000 euros, un respiro para unas arcas vacías; y por otro, García de la Vega, con experiencia en la organización de eventos, ha sido el impulsor del acuerdo por el que Nueva Condomina se convertirá el próximo verano en el escenario de varios conciertos -ya se han cerrado las actuaciones en julio de Luis Miguel y los chicos de Operación Triunfo-. Aunque no se conocen los detalles del contrato firmado, con este movimiento el Real Murcia ha abierto una nueva vía para ingresar dinero, y es que hasta la llegada del mexicano el estadio nunca había albergado espectáculos de este tipo.