Después de unas necesarias vacaciones navideñas, el UCAM Murcia vuelve a reencontrarse con su soñado retorno al fútbol profesional. Esta tarde, a partir de las 17.30 horas, los universitarios reciben en La Condomina al Granada B con el afán de preservar su puesto de play off, y proseguir así la excelente dinámica de resultados que dejaron a medias antes de Navidad: tres victorias seguidas que, hasta el momento, se convierten en la mejor racha propia. Y es que el conjunto murciano, desde la llegada de José Miguel Campos al banquillo hace cinco jornadas, acumulan dos empates y tres triunfos seguidos que le han permitido retornar a los puestos de mérito del Grupo IV.

Ahora, cuando lo más difícil se antoja volver al trabajo después de tres semanas de descanso, el UCAM se encuentra con una dura realidad, la de las bajas en defensa. Importante contratiempo para el técnico mazarronero ante la visita del Granada B, ya que no podrá contar con el lateral derecho Carlos Moreno, sancionado por acumulación de amarillas, ni con Germán ni el capitán Góngora, lesionados de larga duración. Además, hay que sumar la sorprendente marcha en este mercado invernal del centrocampista Jony Ñíguez, quién solicitó al club la rescisión de su contrato para marcharse al Elche, el club de su localidad natal. En todo caso, los refuerzos en el UCAM aún brillan por su ausencia, así que Campos deberá componer una retaguardia con Pol Ballesté bajo palos, quién debutará en Liga precisamente contra su exequipo, y con Kitoko y Dani Pérez (o quizá Víctor García) en los laterales.

Por parte del Granada B, el filial nazarí afronta el partido con las bajas de su lateral zurdo habitual, Adri Castellano, por sanción, y la de Migue Cobos, aquejado durante la semana de un proceso gripal. Los rojiblancos, que fueron incapaces de ganar en las tres jornadas precedentes al parón, llegan a La Condomina con ganas de revancha, ya que en la jornada inaugural de Liga, allá por agosto, fueron derrotados en el Nuevo Los Cármenes por el UCAM (0-1) en un partido en el que cualquiera pudo ganar. Sin duda, y visto lo visto, este segundo envite podría marchar perfectamente por los mismos derroteros: un resultado imprevisible.