Cartagena y Real Murcia levantan esta tarde las espadas para ver quién es capaz de derribar al oponente en un derbi regional que mide las fuerzas de dos equipos que llegan en plena forma, ya que los albinegros son líderes del Grupo IV por méritos propios, mientras que los granas, tras la llegada de Salmerón al banquillo, han logrado encadenar tres victorias seguidas que han provocado que el equipo haya recuperado algo del crédito perdido en el arranque liguero. Por eso, aunque son tres puntos igual que todas las jornadas, el partido de hoy está dotado de una rivalidad feroz, lo que supone que la victoria puede ser un plus anímico para cualquiera de ambos contrincantes, que encima se conocen bien y, al parecer, van con ganas de luchar por una victoria de prestigio.

En teoría, no solo por ser líder, el Cartagena parte como favorito y lo lógico es que sean los albinegros los que lleven la voz cantante del juego al actuar ante sus aficionados. Los pupilos de Alberto Monteagudo llevan cinco semanas sin perder, lo que les ha catapultado de lleno al preciado primer puesto de la clasificación, algo anecdótico por ahora, pero que no todos los equipos han sido capaces de conseguir.

El problema del Cartagena es que dentro de la buena dinámica el equipo ha sacado en momentos puntuales la cara que menos le gusta a sus seguidores, la de un equipo al que le cuesta hacer goles y que concede más en defensa que la temporada anterior. El centrocampista Gonzalo Poley está lesionado, mientras que el central Moisés se perfila como la novedad en las filas cartageneristas. El equipo ha ido girando un poco en su juego volviéndose cada vez más resultadista, un aspecto que tienen en común los dos rivales que esta tarde se han citado para un partido que será ofrecido en directo por la televisión autonómica, que lo anunció de manera oficial el jueves por la noche aunque el acuerdo está cerrado desde hace varias semanas.

Por su parte, el plan del Real Murcia parece también evidente teniendo en cuenta que lo primero que ha hecho José María Salmerón desde que cogió las riendas del banquillo grana ha sido ir mejorando aspectos defensivos del equipo y que habían costado muchos puntos en las primeras jornadas. Las últimas tres victorias le han dado alas a una plantilla que estaba pasándolo mal hace cuatro jornadas y que ahora se permite el lujo de poder pensar en jugarle de tú a tú al eterno rival para tratar de firmar una alegría murcianista como la del curso anterior, cuando contra todo pronóstico el Murcia de Vicente Mir reinó en el Cartagonova.

En la plantilla grana no hay grandes novedades y salvo Renato y Juanma, el último tras salir de una lesión, el resto de jugadores son los que viene utilizando el Murcia de Salmerón. Las dudas en el bando grana van a estar un poco en algunos puestos claves, como el caso de quién hará de media punta, teniendo como opciones las de Fernando Llorente y un Fran Carnicer que no parece partir con el cartel de titular.

El único problema del derbi de esta tarde estará en que la guerra abierta que mantienen ambas directivas provocó que el precio de las entradas para la afición visitante sea de 20 euros, lo que unido a que la ubicación escogida para la parroquia grana es el fondo norte bajo, ha provocado que no haya desplazamiento de peñistas y que apenas un centenar de seguidores estarán en las gradas del Cartagonova.

El miedo, el respeto y el no querer perder puede condicionar en exceso un partido en el que la tensión hará acto de presencia antes o después y en el que la calidad individual de algunos jugadores o una acción a balón parado podría decantar la balanza para uno u otro sitio. Los dos quieren la victoria y ambos saben de la importancia de darle una alegría a sus espectadores. Que gane el mejor en cualquier caso.