El Campeonato del Mundo de Atletismo de Londres acabó para la lorquina Úrsula Ruiz Pérez a las primeras de cambio. La murciana acabó decepcionada y con una lesión en un dedo que le impidió rendir al nivel que ofreció en los pasados Campeonatos de España, en los que batió el récord nacional con una marca de 18,28 metros. Ayer, en la ronda de clasificación, dijo adiós después de realizar un nulo en el primer intento, un discreto 16,20 en el segundo, y de nuevo un nulo en el tercero.

La lorquina, pese a todo, no perdió la sonrisa en la zona mixta. «No puedo estar triste porque vengo de hacer el récord de España en una temporada que cuando comenzó no me planteaba estar en Londres ni nada de nada, pero sí que estoy decepcionada porque hoy -ayer para el lector- no he rendido», explicó la murciana tras terminar su concurso. Además, desveló que había sufrido unas molestias físicas que le impidieron rendir al nivel que ella misma esperaba: «He tenido unos problemas físicos esta última semana por una distensión en un dedo que se me ha reproducido en el segundo lanzamiento», desveló. Ruiz hizo autocrítica -«me han sobrado ganas, tenía que haber ido más tranquila», para añadir que ahora «me tomaré mi ratito de reflexión», aunque negó que estuviera triste porque «ya estoy mayor, he tenido muchos disgustos y hace tiempo decidí un día que saldría siempre del estadio con una sonrisa», dijo la murciana, que ya tenía dos experiencias en Mundiales y en ninguna de ellas pudo sobrevivir a la ronda de clasificación. En 2013 con una marca de 17,14 y dos años después con 16,36. «Es una oportunidad perdida; el tren ya pasó. Se ha pasado a semifinales con 17,79, esa marca la he tirado una vez este año. Con el estado de forma óptimo en el que llegaba, que cuesta meses de trabajo, siento que es una oportunidad perdida. Es un tren que se va, pero como he dicho muchas veces, cada día saldré sonriendo y pensando que siempre hay otra oportunidad», concluyó Úrsula.

La otra lanzadora española en el concurso, la coruñesa Belén Tomil, también fue eliminada con una marca de 16,38 metros. La gallega, de 23 años, entrenada por Carlos Burón, debutó en unos mundiales con un puesto 26 entre 30 en el ránking general, dos por delante de la plusmarquista española.