Lo peor de los males del UCAM Murcia tiene un nombre y un estilo bien diferenciado. Hasta trece equipos distintos de Segunda División han perforado la portería universitaria aprovechándose del balón parado: saques de esquina o faltas laterales que siempre generan mucho peligro o que concluyen en gol.

Y es que hasta dieciséis han sido las ocasiones en la que tanto Biel Ribas como Fernando, guardametas del UCAM, han recogido el balón del fondo de las mallas. Un aspecto claramente preocupante, ya que aunque el conjunto universitario no es uno de los equipos que más goles ha encajado, un amplio porcentaje de los tantos recibidos esta temporada en Liga vienen dados por ese condicionante del juego.

Siendo 16 de los 45 goles en contra los afectados por esta cuestión, un tercio del total, los puntos que el UCAM ha visto escaparse también conforman un número demasiado importante. El equipo universitario ha encajado algún tanto a balón parado en quince de las 37 jornadas ya disputadas, y solo en tres de los citados encuentros, logró evadir la desgracia de encajar un tanto a través de la estrategia para terminar ganando: en la jornada 16, cuando superaron al Numancia en La Condomina (3-2); en la jornada 27, en la que remontaron al Almería para terminar ganando a domicilio (2-3); y por último, hace dos semanas en Montilivi, ya que el UCAM volteó el marcador después de que el murciano Portu adelantase al Girona en una jugada de estrategia basada en la picaresca.

Además de esas tres victorias, el UCAM Murcia, en las doce jornadas restantes en las que ha encajado algún gol a partir del balón parado, ha cosechado cinco empates y siete derrotas. El equipo que más se lucró de la nefasta defensa sobre esa premisa es el Huesca, que materializó dos tantos en la jornada 18 gracias a la testa de Melero, quien aprovechó dos saques de esquina para marcar un doblete en El Alcoraz.

Ese duelo, precisamente, propiciaría la destitución de José María Salmerón al frente del banquillo murciano, lo que provocó la llegada de un Francisco que ahora mismo atraviesa su primer bache al frente del banquillo universitario.

Asimismo, si bien Francisco Rodríguez, el nuevo técnico, ha mejorado ampliamente los números, sensaciones y argumentos futbolísticos de su predecesor, el balón parado sigue siendo el principal quebradero de cabeza de la escuadra universitaria. Con Salmerón, el UCAM recibió ocho goles en las primeras 18 jornadas de Liga; con Francisco al mando, van otros ocho tantos encajados a través de la estrategia, pero con un partido más disputado. Sin duda, un problema colectivo y de equipo, ya que aunque el error puntual en la marca o en el despeje puede ser de cualquier de los jugadores dispuestos sobre el césped, las rotaciones en el once a lo largo de la temporada implica a prácticamente todos los futbolistas del plantel.

Por contra, el UCAM ha materializado siete tantos aprovechando el balón parado, o las circunstancias propiciadas por este apartado: Góngora, de córner olímpico (jornada 2 vs Córdoba) y falta directa (jornada 30 vs Getafe); Tito, tras rematar una falta lateral (jornada 5 vs Valladolid) y aprovecharse de un rechace en un saque de esquina (jornada 36 vs Tenerife); Fran Pérez, tras cazar un balón suelto dejado por Natalio (jornada 16 vs Numancia); y Jona, de cabeza ante Mirandés (jornada 29) y Getafe (jornada 30) tras sendas faltas laterales, han sido los encargados de materializar esos goles.

A su vez, la principal reflexión que se extrae es que cada vez que el UCAM ha podido aprovechar el balón parado como arma, no ha perdido. En total, cuatro victorias y dos empates, ya que tanto Jona como Góngora aprovecharon el balón parado para rubricar el triunfo ante el Getafe. En resumen, aunque la estrategia ha dado mucho a los universitarios, también se ha convertido en su principal punto débil. Las cinco jornadas restantes dictarán la sentencia final para un equipo que parecía que se había preparado para firmar la permanencia sin sufrir, pero que aún tiene que hacer los deberes.