Ni los diez fichajes realizados en el mercado de invierno ni el despido de Paco García como entrenador ni la llegada de Vicente Mir al banquillo del Real Murcia han servido de mucho hasta la fecha. La derrota del domingo en el campo del San Fernando alimenta mucho más las dudas sobre un equipo que, además de alejarse hasta cinco puntos del play off de ascenso, deja unas sensaciones muy malas que no han gustado ni al entrenador ni a los nuevos dirigentes. Un rival que llevaba siete semanas sin ganar y desde noviembre sin quedarse con los tres puntos en casa, el San Fernando, desnudó las carencias de un Murcia en el que los últimos refuerzos tampoco están dando el empujón de calidad que se esperaba para aspirar a objetivos más ambiciosos.

De hecho, de una u otra forma, el Real Murcia ha ido dando un paso atrás al mismo ritmo que han ido avanzando los acontecimientos y ahora se están empezando a ver las prisas de un club que parece tener fecha de caducidad si no alcanza la promoción de ascenso a Segunda. Una victoria en siete semanas, a pesar del cambio de entrenador, son números muy pobres para una entidad que ha tirado de talonario en este mes de enero y que no está viendo sobre el campo la inversión realizada en los nuevos contratos de jugadores.

Además en el Murcia actual se produce una circunstancia que tiene a todos los aficionados desconcertados. Si en la primera vuelta, la pareja defensiva formada por Morante y Golobart era la parcela más segura del equipo, los constantes cambios de Paco García antes de ser despedido han terminado por desquiciar a unos jugadores que han perdido la fiabilidad de un día para otro. La irrupción de Borja Gómez en el centro de la defensa y el movimiento de Josema a la banda izquierda para que los laterales granas se incorporen más al ataque son maniobras que, desde luego en San Fernando, no salieron como se esperaba, ya que los gaditanos, con ocho jugadores nacidos en la localidad, desnudaron las vergüenzas de un Murcia en el que Vicente Mir tiene que ajustar muchas piezas en la retaguardia si de verdad quiere aspirar a volver a ganar partidos.

A excepción de Víctor Curto, un delantero que con sus tres goles ya ha comenzado a salirle rentable al Murcia, el resto de refuerzos invernales han terminado por poner de relieve que no era tan sencillo subir el nivel de la plantilla anterior. Ni Elady ni Rayco, por ejemplo, dos jugadores contrastados en Segunda B, han dado ningún motivo como para pensar que la marcha de Titi al Logroñés fue una decisión acertada, más bien todo lo contrario, ya que a veces puede dar la sensación que con el profundo cambio que ha sufrido la plantilla grana no se ha subido el escalón que esperaba la directiva. El despido de Paco García como técnico parecía un poco que podía servir de liberación para una plantilla 'atada' a un «modelo» que ha fracasado claramente, pero que quizás con otro aire sería capaz de levantar la cabeza. La llegada de Vicente Mir al banquillo no ha servido para lo que se esperaba, ya que la imagen en la derrota del domingo en San Fernando fue la de un equipo que difícilmente va a pelear por terminar la fase regular entre los cuatro primeros.

Los defensas Juanjo, Josema, Borja Gómez y Alberto López, los centrocampistas David Sánchez, Elady Zorrilla y Rayco García, junto a los delanteros Víctor Curto, Sergi Guardiola y Aguilera no han sido suficientes para enderezar el rumbo de una nave que perdió el rumbo de crucero hace tiempo y que ahora falta por ver si será capaz de recuperarlo en forma de buenos resultados. Sergi Guardiola, Rayco y Elady acumulan un mes de competición en el que no han ayudado a que el Murcia mejore sus prestaciones y será el propio Vicente Mir el encargado de jugársela para tratar de dar con la tecla adecuada que permita al Murcia, en las diez jornadas que quedan hasta el play off, conseguir adueñarse de un cuarto puesto que cada semana que pasa está más caro y tiene más pretendientes.