Aunque hasta el 28 de diciembre no se produjo el cambio en la cúpula del Real Murcia con la llegada de Raúl Moro a la presidencia del club, desde el día 5 del mismo mes, Deseado Flores ya tenía la autorización del consejo para tomar las decisiones en la parcela deportiva de la centenaria entidad. De hecho, el nuevo director deportivo del Real Murcia se puso manos a la obra antes de esta fecha para trabajar en una revolución que ha terminado con diez fichajes nuevos en el mercado de invierno, aunque en los planes iniciales de los nuevos rectores granas no estaba la idea de prescindir de los servicios del entrenador, un Paco García que ya mantenía conversaciones con Deseado Flores antes incluso de que el nuevo grupo tomara las riendas del club grana. Sin embargo, los acontecimientos, y sobre todo los malos resultados, han ido arrinconando cada vez más a un Paco García que, tras permitirse el lujo de cambiar medio equipo en el mercado invernal, ya no se encuentra tan seguro en una zona donde antes solo encontraba confort. Sin ir más lejos, el principal temor que debe tener el máximo responsable del banquillo murcianista es que el propio Deseado y su entorno de colaboradores, además de ratificar en el cargo al del barrio del Carmen, también han comenzado a filtrar los primeros nombres como hipotéticos candidatos para suplirle en el banquillo del Real Murcia.

Después de que a lo largo de 24 jornadas hayan sido dos excepciones contadas las veces que se ha podido disfrutar con el juego del equipo y que encima en este espacio de tiempo el Murcia no haya estado ni una semana entre los cuatro primeros son argumentos que ya venían de lejos y que la mala racha de resultados ha vuelto a ponerlos de relieve. Así, dos empates y una derrota en las tres últimas jornadas después de haber remodelado el equipo casi por completo son números que tienen bastante nerviosos a unos consejeros que cada día parece más claro que se lo van a jugar todo a una carta, la del ascenso, y que no van a especular, como así han demostrado a la hora de tomar decisiones. Deseado Flores confiaba en que Paco García iba a ser el entrenador perfecto para llevar a cabo sus planes, pero ni la inversión económica en el capítulo de refuerzos ha servido para provocar un cambio radical en un equipo que, ni tirando de talonario, ha solucionado sus graves problemas para marcar goles. Tres semanas seguidas sin ser capaces de perforar la portería del rival y haber perdido ciertas señas de identidad que el equipo sí mostraba en el arranque liguero tampoco tienen muy contento a un Deseado Flores que no está viendo cómo el esfuerzo en los despachos va acompañado de buenos resultados.

De hecho, la remodelación deportiva que ha sufrido la plantilla en el mercado de invierno era la última tabla de salvación para un entrenador que, con el beneplácito de sus nuevos jefes, era el técnico elegido para continuar a pesar de todos los cambios en la estructura deportiva. Si de los fichajes todos los aficionados esperaban más, lo que no imaginaba ningún abonado del Murcia es que jugadores como el extremo Titi y Germán fueran a salir de un equipo en el que sus recambios todavía no han sido capaces de mejorar sus hojas de servicios. Los cambios en el equipo titular han sido tan drásticos que el equipo ha ganado en veteranía y oficio, pero ha perdido la velocidad con la que lograba sorprender a sus adversarios en la primera vuelta del campeonato.

Con una victoria en las últimas cinco jornadas, los planes del nuevo consejo de administración no están saliendo precisamente como ellos pensaban. Además de poner en marcha una campaña de abonos que ha servido de poco, lo que no quieren los rectores granas es perder la potente inversión que se ha hecho para reforzar la plantilla del Murcia dejando perder la temporada. Por eso, después de tirar de talonario para firmar a jugadores importantes en la categoría y de confiar en una especie de resurrección que no ha llegado, todas las miradas se han centrado desde hace un par de semanas en la figura del entrenador, quien después de cambiar a medio equipo se ha quedado sin excusas para explicar los motivos que impiden al Murcia meterse entre los cuatro primeros clasificados. El partido del domingo ante la Balompédica Linense debería significar un nuevo triunfo en el casillero de los granas, ya de que lo contrario, Deseado y su equipo de trabajo han dejado claro en poco más de un mes que son especialistas en tomar decisiones drásticas, incluso la de despedir a un entrenador que tenía a la afición encantada por tratarse de alguien de la tierra, aunque ahora la denominación de origen ha pasado a un segundo plano pensando única y exclusivamente en luchar por el ascenso a Segunda.