La aventura de Guillermo Fernández Romo en el Real Murcia acabó el martes por la noche. Tras 203 días en la dirección deportiva del club grana, el madrileño cierra antes de tiempo una etapa en la que su objetivo era llevar a la entidad de vuelta al fútbol profesional. La llegada de Raúl Moro al consejo de administración de la institución centenaria ha precipitado su salida, aunque el ya ex responsable técnico del Real Murcia no ha dado opción al extremeño y a su equipo a decidir qué iba a ocurrir con su puesto una vez que tomaran el control en Nueva Condomina.

Pese a tener contrato en vigor hasta el 30 de junio, Romo tenía claro que no estaba dispuesto a seguir dentro de la estructura del club en otro cargo que no fuera la dirección deportiva y por ello desde el 6 de diciembre, un día después de que se conociese que el consejo de administración había entregado el poder de los fichajes invernales al hostelero Deseado Flores, el madrileño ha estado exigiendo a Guillermo Martínez Abarca que le entregara la carta de despido.

Finalmente, aunque unos días después de lo que esperaba Romo por la indecisión de los ya exregentes de la institución, el pasado martes Abarca cedía y el miércoles, antes de que se celebrara la junta de accionistas que coronó a Raúl Moro como jefe supremo de Nueva Condomina, el ya ex director deportivo pasaba por las instalaciones para recoger su carta de despido. En ese mismo momento, la entidad anunciaba de forma oficial su destitución.

Con esta decisión, Guillermo Fernández Romo, que ahora tendrá que ser indemnizado, ha evitado tener que ver algo con Raúl Moro y su equipo de trabajo. De hecho, el pasado seis de diciembre, un día después de que el consejo de administración, pese a no estar obligados a ello, diese la dirección deportiva a Deseado Flores, el madrileño prácticamente ya había vaciado su despacho. Aunque su salida se ha alargado más de la cuenta. Primero al aceptar el técnico la petición de Abarca de esperar a que se cerrase la primera vuelta para que su marcha no afectase a la plantilla en los partidos ante La Roda y el Extremadura, y posteriormente por la indecisión del ya expresidente, que no quería dar el paso, dejando que fueran los nuevos los que firmasen la carta de despido, algo a lo que no estaba dispuesto Romo.

En todo ese período de tiempo, el madrileño no ha recibido ni una llamada de Deseado Flores, y eso que el hostelero, a la salida del consejo que le nombró director deportivo, afirmaba que antes de tomar una decisión tendrían que sentarse a hablar. Sin embargo, de haberse producido ese contacto, la decisión de Romo no hubiese cambiado, ya que no estaba dispuesto a seguir al saber que no le respetarían las funciones que tenía hasta la aparición de Moro.

Tras conseguir la carta de despido, el ya exdirector deportivo grana cierra su etapa en el Real Murcia sin poder llevar a cabo los movimientos que tenía preparados para el mercado de invierno. Ayer mismo, el madrileño se despedía de los empleados del club con los que ha compartido estos meses y los técnicos de las bases, con los que ha colaborado intensamente para mejorar el proyecto de la cantera. También envió una carta a los jugadores de la plantilla, que en estos últimos días le han dado todo su apoyo, al no entender la situación en la que había quedado. Y es que muchos de los futbolistas que el pasado verano se embarcaron en la aventura del Real Murcia, como son los casos de Diego Benito, Rubén Ramos y Golobart, entre otros, lo hicieron por la cabezonería del director deportivo, que tuvo que tirar de su agenda ante la falta de presupuesto para confeccionar el equipo.