La modificación del convenio de acreedores que daría al Real Murcia un respiro importante desde el punto de vista económico está más cerca que nunca, según anunciaba Guillermo Martínez Abarca en el día de ayer. La entidad murcianista, que solo estaba pendiente de que el representante Pablo Casal firmase ante notario el 'ok' verbal que en 2015 había dado a Jesús Samper, conseguía el miércoles que el uruguayo diese el 'sí' definitivo, lo que permite al club conseguir el 60% de las adhesiones necesarias para poder sacar adelante la modificación del convenio firmado en 2009 y que llevaba varios años sin ser cumplido.

Ahora, una vez que el Real Murcia presente la documentación necesaria en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Murcia y que la magistrada María Dolores de las Heras certifique que todo el proceso se ha realizado correctamente, la entidad tendrá cinco años más para abonar las cantidades pendientes. Además, se eliminará completamente el riesgo de que cualquier acreedor pueda acudir a pedir la liquidación.

Aunque la noticia más positiva del nuevo convenio que en su día fue diseñado por Jesús Samper es que mientras que el equipo siga jugando en Segunda B no habrá que abonar ninguna cantidad. Eso sí, una vez concluido el plazo fijado e independientemente de la categoría en la que se milite, el club estará obligado a satisfacer el pasivo total que quedase pendiente en dicho vencimiento.

Por su parte, las temporadas en las que el Real Murcia milite en Segunda División, el porcentaje a pagar será del 20% del pasivo total, mientras que si en esos cinco años se alcanza la Primera División, se desembolsará el 100% de la deuda.

Guillermo Martínez Abarca comunicaba ayer la buena noticia. El presidente grana, tras su encuentro con Pedro Antonio Sánchez, anunciaba que el Real Murcia dejaba listo para sentencia un convenio que ya dejó prácticamente cerrado Jesús Samper antes de su muerte. Y es que el empresario madrileño, que fallecía el 18 de diciembre, conseguía en septiembre que tanto la Liga de Fútbol Profesional como el G-30, a los que se les adeudan 3,7 millones de euros, se adherieran a su propuesta de pago, en la que no aparece la palabra quita.

La entrada en el hospital y su posterior fallecimiento dejó al empresario madrileño sin poder sacar adelante una medida que consideraba fundamental para garantizar el futuro de la entidad murcianista. Por ello, ha sido Martínez Abarca, que asumía la presidencia el pasado mes de enero, y su consejo los que han conseguido llegar casi al final de un camino que tenía como límite septiembre de 2016.

Pendientes del aval

Por otro lado, el Real Murcia está ahora pendiente de conseguir el aval de 200.000 euros que le exige la Federación Española de Fútbol para poder competir en Segunda B. Según Martínez Abarca, la Territorial Murciana de Monje Carrillo se ha ofrecido a ayudar a solucionar el tema.