A Guillermo Martínez Abarca le fallaba ayer la memoria. Sus consejeros tampoco andan finos en lo que a recuerdos se refiere. Olvidar las malas experiencias es uno de los principales deseos de cualquier ser humano. Será por ello que los dirigentes del Real Murcia, algunos de ellos abonados a un sillón de consejero varios años, han borrado todo aquello que sabe a fracaso. Su mente ahora mismo no va más allá de dos meses atrás. O eso se sobreentiende después de escuchar al máximo mandatario referirse a la mala racha que ha costado el puesto a José Manuel Aira. «Es la peor pesadilla que ha podido vivir el Real Murcia en los últimos años y, por supuesto, la que yo he vivido desde que formo parte del consejo en toda la 'era Samper' e incluso con anterioridad». Con esa rotundidad se expresaba ayer Abarca, posiblemente influido por el discurso de alguno de sus consejeros, que ya el domingo también repetía esa idea para ensombrecer todo el trabajo realizado por Aira en el club.

Sin embargo, para desgracia de Abarca y de su equipo, las hemerotecas no pierden la memoria. Por ello, la mala racha de José Manuel Aira, que desde el 28 de febrero solo ha sumado 11 puntos de 30 posibles, se queda en nada comparada con la gran crisis que se vivió en la segunda vuelta de la temporada 11-12 con Iñaki Alonso liderando el banquillo murcianista. En el curso en el que los granas vivían su regreso al fútbol profesional, la segunda vuelta se convirtió en una película de terror.

Si el 21 de enero, después de empatar con el Girona (1-1) en la jornada 21, los granas cerraban la primera mitad de la competición en la octava plaza con 33 puntos; cinco meses después, el Real Murcia cerraba la liga en la decimoctava posición con 47 puntos. Diez equipos le habían adelantado en ese periodo, en el que se sumaron solo catorce puntos de 63 posibles. Cuatro victorias, dos empates y 15 derrotas fueron los números de un Iñaki Alonso que incluso coqueteó con el ascenso. Solo se aseguró la categoría antes de tiempo gracias al descenso del Villarreal a Segunda, que arrastró a su filial.

Si Martínez Abarca y sus compañeros más veteranos del consejo han olvidado el desastre que realizó Iñaki Alonso posiblemente fuese porque durante la estancia del vasco en el equipo grana le dieron todo su apoyo. Incluso alguno de los consejeros que ahora ha vuelto a ocupar un sillón en el Real Murcia, se paseaba con el de Durango, llegando a instar a los medios de comunicación a contar las maravillas del entrenador que un año antes sacó a la entidad de Segunda B. Las calculadoras dicen que en las últimas 11 jornadas, Aira, con 11 puntos de 33 posibles, ha logrado el 33% de los puntos. Por su parte, Iñaki, con 14 de 63, no pasó del 22%.

Tampoco recuerda Abarca que en la campaña 2013-2014, con Julio Velázquez en el banquillo, el Murcia vivió una mala racha en la que solo consiguió 13 puntos de 45 posibles -el 28% de los puntos-. De la jornada 10 a la 24, los granas solo celebraron una victoria. Con tiempo para reaccionar, los murcianistas acabarían jugando el play off, donde fueron eliminados por el Córdoba.

Y esto con solo mirar unos pocos años atrás.