Deseado Flores dejó ayer de ser el presidente del Consejo de Administración del Fútbol Club Cartagena para dedicarse plenamente en sus negocios de hostelería. «Todo este tiempo en el club ha repercutido en mis negocios y necesito centrarme en ellos. Me fastidia dejar el Cartagena ahora que vamos muy bien y hay tranquilidad, pero mejor que sea así y no a mitad de la temporada que viene», explicó a LA OPINIÓN.

Ese puesto pasa a ser responsabilidad del dueño del club, Paco Belmonte, es decir, que se ha producido un cambio natural. A su vez, la baja del secretario Carlos Flores implica que el manager general, Manuel Sánchez Breis, asuma también esas funciones.

Deseado Flores había comunicado hace tiempo a Belmonte y Breis su decisión. «Se lo dije a los dos cuando salimos del concurso de acreedores. Hemos estado al frente todo este tiempo de tempestad financiera y ahora, con el club impoluto, es el momento idóneo».

«No puedo dedicarle el tiempo que me gustaría al Cartagena, quiero lo mejor para el club, quiero que el proyecto siga con fuerza, no quiero ser un tapón», añadió el expresidente, que descartó cualquier tipo de roce con Belmonte y Breis. «Aquí todos somos honestos y transparentes. Ellos son mis amigos, son parte de mi vida», concluyó Flores, que se despidió de la afición a través de un comunicado en la página web. «Seguiré siendo del FC Cartagena y seré de los primeros en sacar mi abono para la temporada que viene», afirmó el murciano, que antes del derbi llevaba varias semanas sin aparecer por el palco.

Hasta el nombramiento de nuevos consejeros, solo hay dos personas al frente del club, Paco Belmonte y Sánchez Breis. «Desde el FC Cartagena queremos agradecer tanto a Deseado Flores como a Carlos Flores su esfuerzo y dedicación a lo largo de todos estos meses con nosotros y desearle la mejor de las suertes en sus proyectos profesionales», decía ayer la entidad en el comunicado de prensa en el que anunciaba el relevo en la presidencia.