El Real Murcia de este curso ha hecho hasta el momento lo que hacen los buenos ciclistas, es decir, ponerse lo más rápido posible en la cabeza de la carrera, la 'tete de la course' para los franceses, y desde aquí marcar su territorio enseñándole el colmillo a sus rivales. La impresionante racha de buenos resultados en la que están inmersos los granas, que llevaban cinco victorias consecutivas antes del empate del domingo en casa del Compostela, han permitido que una plantilla confeccionada en apenas dos semanas por el descenso administrativo que sufrió la centenaria entidad, se haya colocado en la zona más noble de la clasificación, a la espera simplemente de que el líder Logroñés y el Real Oviedo tengan un mal día para 'robarles' el liderato.

En la jornada del domingo, durante ocho minutos, el tiempo que transcurrió desde el gol de Albiol hasta que empató Mensha, el Murcia fue nuevo líder del grupo I de Segunda B, pero al dejarse dos puntos en San Lázaro, los granas son terceros, con los mismos puntos que el Oviedo y uno por debajo del Logroñés. Sin embargo, lo de cabeza de carrera viene más al caso que nunca porque las distancias que se han comenzado a crear entre los cuatro primeros y el quinto clasificado, en este caso el Coruxo, ya es de cinco puntos. Muchos teniendo en cuenta que se han disputado solo once jornadas, casi un tercio del campeonato liguero.

Dejando a un lado que al primero que no le ha gustado la imagen del Murcia en los últimos encuentros ha sido a José Manuel Aira, el propio entrenador, lo cierto es que el calendario va pasando y dentro de dos semanas toca visitar al Real Oviedo en el Tartiere. Después de perder en Nueva Condomina ante el Logroñés, será un nuevo examen en toda regla ante otro de los equipos de mayor envergadura del grupo.

Desde que el miércoles 24 de septiembre los granas cayeron ante su público por la mínima contra el Logroñés, los jugadores que dirige José Manuel Aira no han vuelto a clavar la rodilla ante nadie. De hecho, la racha de dieciséis puntos en seis jornadas es más que suficiente para presentar la candidatura del Murcia a luchar por la primera plaza de su grupo, la única vía por la que un equipo puede tener una segunda oportunidad en caso de caer eliminado en la final entre Campeones.

En cualquier caso, todavía quedan muchas jornadas antes de que llegue el momento de la verdad y, en este asunto concreto, el Murcia y sus jugadores tendrán que dar un paso al frente para conseguir mejorar las sensaciones de los últimos encuentros. Que los goles se resistan más de la cuenta es un problema que le suele pasar a la inmensa mayoría de equipos que no tienen liquidez para firmar un delantero de garantías. Pero las últimas críticas que ha recibido el equipo no han sido solo por no cerrar los partidos a tiempo, ni por evidenciar cierta falta de puntería. Algunos cambios puntuales no han mejorado las prestaciones del equipo y los rivales cada vez le prestan más atención al balón parado, un arma con la que el Murcia se ha convertido este curso en un conjunto verdaderamente letal.

El cuarto puesto de privilegio lo ocupa en estos momentos el Guijuelo, que sin embargo puede verse comprometido por el Coruxo y el filial del Real Valladolid, que también anda por ahí buscando un hueco de cierta relevancia. De los cuatro que encabezan el ránking, el Murcia tiene el mérito de ser el que menos goles ha encajado de todos, con solo cuatro dianas en su contra. Una buena forma de dar un golpe sobre la mesa puede llegar el domingo, ya que visita Nueva Condomina el modesto Somozas, y podría llegar la «victoria tranquila» que tanto piden los jugadores.