El coordinador deportivo del Real Murcia, el manchego José Luis 'Chuti' Molina, se está moviendo este verano en una horquilla peligrosa en lo que se refiere a las incorporaciones, teniendo en cuenta que el objetivo es volver a protagonizar la lucha por el ascenso. La política de este curso está muy clara y los jugadores que se están firmando coinciden todos en que ninguno ha destacado en Segunda División, lo que los convierte en una incógnita a pesar de que lleguen con las mejores referencias del mundo.

Así, el Murcia comunicó ayer los dos primeros fichajes del nuevo proyecto después de la llegada de José Manuel Aira al banquillo. El lateral catalán José Martínez, quien llega después de una mala aventura en el Omonia Nicosia de Chipre, firma por una temporada, el mismo tiempo que se ha comprometido Rubén Sánchez, un centrocampista que llega procedente del Zamora, como ya informó este diario el domingo.

Asumiendo que el Murcia se tiene que reforzar en prácticamente todas sus líneas, a excepción de la portería, parece lógico que poco a poco vayan a ir cayendo más jugadores que vayan dando forma al nuevo equipo. Lo que nadie es capaz de asegurar ni desmentir es si los siguientes de la lista seguirán siendo del mismo perfil que el entrenador o si aparecerá alguien con más oficio para unir algo de experiencia a la ilusión de algunos que prácticamente ni han jugado en la categoría de plata.

Como Casto Espinosa y el canterano Fernando siguen como porteros, desde la defensa hasta el ataque tienen que llegar, como mínimo, una decena de jugadores para que el entrenador pueda disponer de dos efectivos por puesto en la mayoría de las demarcaciones. Sin embargo, algunos puestos van a estar huérfanos durante algún tiempo, ya que todos saben que, a pesar de los fracasos, Chuti Molina es de los que le gusta esperar hasta última hora en busca de un descarte de Primera que por otra parte todavía no ha conseguido en los tres proyectos que ha preparado en los últimos años trabajando para los intereses del Real Murcia.

El defensa mazarronero Pedro Alcalá, que el curso pasado pasó desapercibido en el Real Murcia bajo la batuta de Julio Velázquez, ha decidido emprender una nueva aventura en el Llagostera, un recién ascendido a la Segunda División.

El exjugador del filial del Almería se ha visto relegado a un segundo plano durante toda la temporada y este curso no ha querido arriesgarse a pasar otra campaña prácticamente en blanco. Alcalá tampoco tendrá garantizado el puesto en su nuevo destino, pero es más que probable que sí tenga más oportunidades en una plantilla que no tendrá la presión de tener que moverse siempre por la zona alta de la clasificación, a diferencia de lo que pasa en el Murcia.