El Real Murcia consiguió ayer algo más que tres puntos en Tenerife. Logró el impulso que necesitaba para rozar con la punta de los dedos el play off, esa palabra prohibida durante toda la temporada en el vestuario grana. Ahora, tras la victoria en el Heliodoro Rodríguez López, el equipo llegará a la última jornada del campeonato en Segunda División dependiendo de sí mismo. Las cuentas son fáciles. Una victoria ante el Real Madrid Castilla le asegura la tercera plaza. Y, con un empate, solo una serie de resultados casi improbables le dejaría fuera de la promoción por el ascenso. Falta un paso. Pero habrá que darlo el próximo sábado en Nueva Condomina.

Para llegar a esta situación tan favorable, el Murcia tuvo que sufrir ayer en Tenerife. Le bastaron, eso sí, 25 segundos para encontrar el gol. Después, 89 minutos de sufrimiento por delante. Todo el partido. Un mundo. Pero acabó resistiendo el empuje local e incluso el árbitro, Pérez Pallas, al que Jesús Samper llamó «golfo» la pasada temporada, decidió pasar por alto una mano de Molinero dentro del área que pudo haber sido penalti. No lo pitó y el Murcia salió indemne del Heliodoro.

El partido reflejó perfectamente lo que ha sido este Murcia durante toda la temporada. Un equipo fiable, sólido, aguerrido y solidario. Comprometido en todas sus líneas. Con el sello de su entrenador, Julio Velázquez, que volvió a sacar el máximo provecho de un encuentro que se puso de cara cuando apenas se llevaban jugados 25 segundos.

La sociedad Saúl-Kike volvió a ser letal para el Real Murcia. El asturiano asistió y el delantero definió. Pero la jugada merece más líneas porque la asistencia llegó con un taconazo que rompió la defensa del Tenerife y el disparo de Kike, ajustado, milimétrico, cruzado, entró rozando el palo. Pura belleza.

En el primer suspiro, el Real Murcia se adelantaba en el marcador. El trabajo más difícil ya estaba hecho. Pero ante un equipo sin presión como el Tenerife -apuraba su última bala para jugar el play off- tocó sufrir. Curiosamente, el gol no le sentó bien al equipo grana, que se mantuvo en el encuentro algo difuso. Con nervios. Como si el balón quemase en los pies. La defensa flaqueó por el flanco izquierdo, donde Edgar encontró una autopista para centrar siempre con facilidad. En una de ellas, Nano tuvo la más clara, pero incomprensiblemente mandó el balón por encima del larguero. Casto, el portero del Murcia, se desesperaba ajustando la zaga y pidiendo más intensidad al centro del campo.

Toribio y Eddy se vieron desbordados en muchas ocasiones, pero suplieron la ausencia de Dorca con trabajo y compromiso. Malonga, antes del descanso, pudo hacer el segundo tras una gran jugada de Wellington Silva, otra vez un filón en la banda, pero su disparo se marchó fuera.

La segunda mitad comenzó con el Tenerife metiendo más miedo. Los locales volvieron a fallar delante de la portería grana y Julio Velázquez no tardó en mover su banquillo. Dio entrada a Iván Moreno por Malonga para fortalecer el centro del campo y poco después metió a Alcalá por Truyols, que había visto una amarilla. Los cambios dieron aire al equipo mientras el Tenerife poco a poco fue desesperándose. El Murcia encontró huecos a la contra y pudo sentenciar en varias ocasiones, aunque a Kike y Saúl les faltó acierto en los últimos metros. Casto volvió a salvar al equipo con varias paradas de mucho mérito en el arreón final del Tenerife y los minutos se fueron consumiendo hasta llegar al final del partido. El Murcia ganaba y daba un paso de gigante hacia el play off. Queda dar el último el próximo sábado en Nueva Condomina ante el Castilla.