Él es actor. Y da igual por dónde le salgan, que -como se dice vulgarmente- la cabra siempre tira al monte. Por eso, cuando José Carlos Plaza (director de escena) vio el plantel, decidió quitarle la correa. Y es que, en principio, el papel de Jose Coronado en Iván El Terrible -un espectáculo en el que la imponente Filarmónica de Novosibirsk repasa la vida del zar con ayuda de la Sociedad Coral de Bilbao- era el de un «mero narrador», pero el intérprete madrileño, Goya a Mejor Actor por No habrá paz para los malvados, se sentía, por momento, «poseído» por el espíritu del despiadado jerarca. Así que Coronado, además de guiar con palabras el buen hacer de la formación rusa, sobre las tablas del Víctor Villegas se convertirá en el temido zar retratado en 1944 por Serguéi Eisenstein; y lo hará con doscientos músicos a sus espaldas a merced de las partituras que el compositor y pianista Serguéi Prokófiev escribió para el aclamado cineasta de Riga.

¿Qué van a encontrarse los espectadores este martes en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia?

Van a encontrar algo muy especial, nada habitual. Una mezcla de género -creo interesante- que hace posible acercar la historia al público de una manera más amena.

Eso le iba a decir, ¿estamos ante un concierto narrado o es algo más que eso? ¿Tiene su parte teatral?

En principio mi personaje se estableció como un mero narrador, pero José Carlos Plaza, el director de escena, propuso darle algo de vida a Iván en algunos episodios, y tiene una pequeña parte teatral, de interpretación.

Cuando presentaron la programación del auditorio, a más de uno le sorprendió verle entre las estrellas que pasarán por su escenario; más si cabe si tenemos en cuenta que su público le verá como nunca antes lo había hecho. ¿Cómo surgió este cambio de registro?

Surgió como todos los proyectos, cuando Ignacio Iturrarte, el productor, y Cesar Álvarez, el director de orquesta, me contaron con entusiasmo el proyecto. Y no pude decir que no.

Hasta el momento, ¿cómo está siendo su experiencia particular como Iván El terrible?

La experiencia es maravillosa. Imagínate lo que es estar rodeado de semejante orquesta y la Sociedad Coral de Bilbao, de músicos maravillosos con los que, después de algunos días de gira, y a pesar del idioma, nos entendemos con solo una mirada. También cuento en el escenario con la complicidad de la mezzosoprano Polina Shamaeva y del barítono Sergey Plyusnin.

¿Cómo es Iván El Terrible? Se enfrenta a un hombre oscuro, controvertido, cargado de matices... Supongo que son también los personajes que a un actor le gusta interpretar.

Sí. El primer zar de Rusia... Es un personaje oscuro por la vida que le tocó vivir. Eran tiempos muy duros, sobre todo por las referencias que siempre nos han llegado de él a través de la película de Eisenstein.

A su espalda, cerca de 200 músicos y una historia que es parte de la cultura popular en toda Rusia. ¿Le genera respeto llevar la voz cantante -al menos de cara al espectador- en un espectáculo como este, tan eminentemente ruso, y ante un equipo como la Orquesta de Novosibirsk?

Mucho respeto. A veces imagino qué deben pensar los miembros de la Orquesta al escucharme, pero lo cierto es que después de las representaciones me saludan muy efusivos.

¿Cómo está siendo trabajar en corto con ellos -además de la Sociedad Coral de Bilbao y dos genios como José Carlos Plaza y César Álvarez-?

Pues una maravilla, una experiencia única que estoy disfrutando cada día, y más sabiendo que tiene una vida tan corta.

2017 supuso su vuelta a los escenarios con Ushuaia

Bueno, a lo largo de toda mi carrera siempre intento volver con frecuencia al teatro. Es donde un actor se alimenta. El periodo de ensayos, la búsqueda del personaje, el trabajo de ponerlo en pie, compartir con el público cada noche... Hay mucha magia en el teatro. Nunca he estado alejado, y ojalá pueda seguir así, volviendo con frecuencia al origen de todo, a las tablas.