Jenny and the Mexicats son el grupo más cosmopolita de la música fusión alternativa: una británica (Jenny), un español (David) y dos mexicanos (Icho y Pantera) que se conocieron por casualidad en Madrid, en un tablao flamenco y que, con el tiempo, decidieron recorrer juntos un camino que les llevará a grabar varios trabajos de estudio. El último se llama Mar abierto y es el culmen de su esencia. Y no sólo de distintas nacionalidades va la historia de estos chicos: lo variado también se refleja en los ritmos e idiomas -un spanglish de lo más molón- que llevan por bandera tanto en sus trabajos como en sus inimitables directos -como podrán comprobar esta noche quienes asistan a su cita con Murcia en la Sala REM-. Por no hablar de la peculiar base instrumental que da vida a sus temas: una guitarra, una trompeta -que hace por momentos de segunda voz-, un contrabajo y un cajón.

Jenny and the Mexicats mezclan ritmos de jazz, rockabilly, folk, flamenco, reggae, son veracruzano, country, cumbia?, lo que les imprime una personalidad única, que cita como referencias a Paco de Lucía, Muse, Stray Cats, Lee Rocker, Pantera, Los Delinqüentes, David Bowie o The Cat Empire.

¿Quiénes son Jenny and the Mexicats? ¿De dónde viene el nombre?

Jenny and the Mexicats somos una banda intercultural que nació en Madrid hace nueve años, que actualmente reside en Mexico y que fusiona estilos y nacionalidades en su música. El nombre hace referencia a los miembros de la banda: Jenny es nuestra vocalista, 'Mexi' hace referencia a los dos mexicanos de la banda y 'cats' viene del termino 'gato', que se usa coloquialmente como gentilicio de la gente de Madrid.

¿Nos podéis contar un poco cómo surgió Jenny and the Mexicats? Tengo entendido que os conocisteis en un tablao flamenco.

Nos conocimos por casualidades de la vida. Los dos mexicanos de la banda vivieron diez años en España y trabajaban en un tablao Flamenco, uno como técnico de sonido y otro de camarero. Jenny llegó de turista y ese fue nuestro primer contacto. Después de hablar un rato y ver que todos eramos músicos, una cosa llevo a la otra y, aquí estamos, nueve años después.

¿Teníais claro desde un primer momento lo de la fusión de estilos? ¿Os fue fácil integrar cada uno de ellos?

Fue algo natural desde el día uno. Cada uno de nosotros ha crecido con un contexto musical diferente, y siempre hemos aportado nuestra propia visión de la música en las canciones, por eso encuentras tintes de muchos estilos en nuestros discos. También nos gusta ir adquiriendo nuevos ritmos y melodías dependiendo de qué países y nuevas músicas vamos conociendo. Nos gusta mucho experimentar cosas nuevas.

¿Qué nos encontramos en Mar abierto ?

Mar abierto es nuestro tercer disco de estudio. Es un disco que mezcla inglés y español, al igual que sus dos predecesores, pero quizá este tenga un poco más de balance entre temas, es un poco más maduro que los anteriores. En él puedes encontrar estilos variados, como la cumbia, el merengue, tintes de jazz y rockabilly, flamenco y música latina. Hay temas muy marchosos y bailables; otros más sensibles y para dejar al oído disfrutar, y hablamos de todo: de amor, nostalgia, diversión y reflexión, etc.

En Mar abierto cabe todo: nacionalidades, géneros, idiomas. ¿Esa es la razón del título? ¿Qué tratabais de expresar?

El nombre también es el estribillo de una de las canciones del disco, y se nos hacía atractiva la idea de libertad a la hora de crear, y también la necesidad de estar siempre en movimiento, de no quedarnos demasiado tiempo en el mismo país. Nos gusta llevar nuestra música a todas partes.

Decís que en vuestro nuevo álbum el agua sirve como hilo conductor. ¿Cómo surge? ¿Fue buscado o mera casualidad?

Llevábamos tiempo queriendo conseguir eso en un disco, y en este por fin lo pudimos hacer. Intentamos que la gente escuche los discos de principio a fin, no solo las canciones que más se promocionan, y también, a la hora de seleccionar las canciones para el disco, teníamos cerca de 20, y muchas de ellas trataban temas con relación al agua. Al final no todas entraron al disco, pero decidimos seguir adelante con la idea de tener un hilo conductor acuático.

Tanto tiempo es una canción con tintes reggae que hace referencia al barrio de Lavapiés. ¿Cuál es vuestra conexión con el barrio madrileño?

Nosotros empezamos como banda en Madrid. En nuestros cuatro primeros años tocamos en casi todas las salas de Madrid, y tenemos historias en muchos de sus barrios. Lavapiés, en concreto, es un barrio en el que el mestizaje es una característica común de sus gentes, donde se mezclan culturas en la música y en el día a día, y eso siempre nos resultó atractivo; de ahí el guiño que le hacemos en esta canción.

Tenéis una peculiar base instrumental: una guitarra, una trompeta -que hace por momentos de segunda voz-, un contrabajo y un cajón. ¿De dónde os vino la idea?

Eran los instrumentos que tocábamos cada uno de nosotros, y creemos que es parte muy importante de nuestro sonido. Aunque la banda ha crecido mucho y ya incorporamos muchos más instrumentos a las grabaciones y a los directos, se mantiene esa esencia del primer día de un sonido muy orgánico.

¿La improvisación también la aplicáis a la hora de grabar un disco? ¿Cómo lo hacéis?

Hay un trabajo de preproducción antes de entrar al estudio donde más o menos sabemos por dónde van las canciones en temas de estructuras y tiempo, pero siempre hay improvisación en el estudio, y eso es lo que hace a los discos tener mas personalidad en nuestra opinión. Cada toma, cada grabación, es única y distinta a la anterior, y eso hace que el proceso de crear una canción varíe mucho hasta llegar al resultado final. Nos apasiona mucho grabar canciones.

¿Cómo se ha recibido Mar abierto ? ¿Las reacciones son similares si hablamos de países diferentes?

En general hemos tenido muy buena respuesta en todos los países; lo único que sí se nota que algunos temas funcionan mejor que otros dependiendo de en qué país estemos, pero eso es muy bonito para nosotros, porque nos permite variar nuestros shows y darle importancia a todas las canciones del disco. Los públicos son muy distintos en cada país. Generalmente el público latino es muy caluroso, se hace notar mucho, y eso a los que estamos sobre el escenario nos encanta. En cambio, el público europeo es más tranquilo, pero eso te permite explorar la parte más sensible sin dejar de lado la fiesta de los conciertos.

¿Y la industria? ¿Encontráis los mismos problemas aquí que en México? ¿Os consideráis un grupo independiente? ¿Se entiende igual que aquí lo de independiente?

Cada país funciona de manera diferente. En nuestro caso, nos gusta rodearnos de gente en los diferentes países que visitamos que trabajan con bandas independientes y que tienen una forma parecida de trabajar a la nuestra, y así es todo mucho más fácil, y de alguna forma se tienden puentes entre todos nosotros de un lado a otro del mundo. El ser independiente hoy en día significa muchas cosas para un artista, y cada vez más se hace común que muchas bandas, ya sean mexicanas, españolas o de donde sean, decidan seguir en este camino independientemente del estilo de música que toquen.

¿Consideráis que vuestro estilo es capaz de unificar a públicos de géneros distintos por tener dentro esa confluencia? ¿Os consideráis world music ?

Sí, de alguna forma hacemos música del mundo, y si vienen a alguno de nuestros conciertos se puede ver a gente de muchas nacionalidades en el público, y de todas las edades. Nos encanta poder tener esa suerte de ver a un señor mayor con su nieto en uno de nuestros shows.

¿Hay algún género tabú en Jenny & The Mexicats?

Nunca nos hemos cerrado a nada. Seguramente haya estilos que nunca toquemos porque no nos gusten a ningún integrante de la banda, pero nunca se sabe por dónde te va a llevar la vida musical.

¿Cuál es la filosofía de vuestra música?

Libertad de creación, diversión y pasión en las canciones, y, sobre todo, transmitir buen rollo.

¿Cómo cocináis vuestras canciones?

Se cocina cada una de forma diferente. Creemos que las canciones tienen su propio camino, e intentamos que ese camino fluya sin importar por dónde tenga que pasar. Si empieza en cumbia y acaba en ska no es un problema para nosotros.

Si tuvierais que definir vuestra banda, vuestro disco y vuestra música, ¿cuál sería?

Somos una banda intercultural, y nuestro disco y música suena a muchas partes del mundo, pero a la vez suena a nosotros. Creemos que tenemos un sonido característico (sonido mexicat).

Volvéis a España con una gira más extensa. ¿Cuál es la impresión que estás recibiendo al conocer otros territorios españoles?

Nos encanta tocar en España porque de alguna forma nos sentimos en casa, y la intención para estos años que están por venir es tocar cada vez más por aquí. Ya teníamos la suerte de haber tocado en casi todas las ciudades de España en años anteriores, y ver la respuesta de la gente a nuestra música siempre es muy bonito. Queremos seguir trabajando para cada vez llegar a más oídos en España.