«Una declaración de amor absoluto al cine». Así define Juan Ros su último trabajo, El hombre invisible y otras películas, que esta semana él mismo se encargó de inaugurar en la Sala de Exposiciones del Auditorio El Batel de Cartagena. La muestra se compone de una colección de estampas e ilustraciones inspiradas en diversos filmes que han marcado o tocado al polifacético artista.

En ella encontramos multitud de referencias a un cine de otro tiempo, a un cine clásico, aunque Ros no ha querido limitar su obra a tiempos remotos. «También hay cuadros dedicados a películas más modernas -finales de los setenta, los ochenta-, como Star Wars», replica cuando se le pregunta por el espectro temporal que ocupan las cintas en las que ha basado este trabajo. No obstante, reconoce que no encontraremos en su obra referencias a lo más actual del séptimo arte. «Yo las películas las tengo que digerir para luego poder mostrar mediante un dibujo o pintura lo que a mí me dice la cinta a nivel gráfico», explica.

En total, son unas sesenta obras de más de cuarenta títulos cinematográficos diferentes; todos ellos, claro, pasados por el personal filtro del de Torre Pacheco. «La obra tiene mucha relación con la ilustración, con acompañar una imagen, una idea o un texto. En este caso, son películas que me gustan mucho, para las que busco una imagen que tenga que ver con la idea que a mí me transmiten», explica en relación a su modus operandi. «Cada uno las interpreta a su manera y éstas son mis interpretaciones de las películas», concluye.

Por ello, la muestra no tiene más mensaje que el le puede sugerir al espectador, en base a su propia experiencia cinematográfica. Así, los fotogramas pictóricos de Ros responden a 'flashazos', desde el punto de vista de la ilustración o el cómic, que suponen una vuelta de tuerca muy personal de la obra del séptimo arte.

Pero no es la primera vez que Ros se sumerge en metros de celuloide para explotar su faceta plástica, tan solo una de las muchas que atesora este artista multidisciplinar. «Empecé con la primera expo relacionada con el cine el año pasado en la sala de exposiciones Vista Alegre de Torrevieja ( La Fiera de mi Niña y otras películas). Luego gané el Rendibú de ilustración (2016) y ya, el pasado mes de febrero, expuse en la sala Loft 113 ( El sueño eterno), también con el mismo leitmotiv, pero con bastante obra nueva», recuerda. En el caso de El hombre invisible y otras películas, más de la mitad de las obras que cuelgan de los soportes de la Sala de Exposiciones de El Batel es obra nueva.

La muestra está, además, acompañada de un vals mexicano ( El vals de los cuatrocientos golpes, en honor a la mítica cinta de François Truffaut) que interpreta con su grupo Malezas -«Me dedico a todo lo que da mucho dinero: la pintura, la música, la poesía...», bromea- y que, de la misma forma que él ilustra estas películas, resume con maestría la esencia de su trabajo en las líneas del estribillo: Y a veces pienso en Truffaut / Cuatrocientos golpes en mi pecho / Otras veces me flipa Godard / Otras veces Pajares y Esteso.