El periodista murciano Carlos del Amor vuelve a las librerías con Confabulación, su tercer libro y segunda novela, una historia de olvido, donde la influencia cinematográfica y las referencias a la actualidad se plasman en cada página, en una inevitable relación entre periodismo y literatura.

A sus 40 años, Andrés descubre que padece de 'confabulación', un grave trastorno de la memoria que hace que su cerebro cree recuerdos de situaciones que nunca han tenido lugar, lo que le lleva a reflexionar sobre su vida para intentar descubrir qué partes son reales, y cuáles son producto de su imaginación.

«La fragilidad de la memoria es algo que siempre me ha llamado la atención, la facilidad con la que olvidamos», explica Del Amor, que comenzó su andanza literaria en 2013 con La vida a veces, un libro que podría haber sido el último, asegura el autor, que considera, sin embargo, que el motor o el empuje para que siguiera escribiendo le viene de su «formación periodística».

La idea para Confabulación, publicado por Espasa y que sale hoy a la venta, explica el autor, le llegó gracias a un artículo de la BBC sobre esa enfermedad, una patología real también conocida como 'Síndrome de Korsakov', y que Del Amor ha utilizado para poder profundizar en temas ya presentes en sus obras anteriores, como el olvido, los amores imposibles o la soledad, y que trata con un marcado estilo periodístico, directo y sin dramatizaciones.

Del Amor, que lleva 17 años creando «las píldoras» culturales para Televisión Española que se cuelan en los telediarios, identifica entre las páginas de su nueva novela «muchos tics cinematográficos», desde referencias a películas vistas por el protagonista, como Metrópolis, de Fritz Lang, hasta la forma de narrar, que traslada al lector a un film de ficción.

Los toques de actualidad son otro de los rasgos, ya característicos, de las obras de este periodista «convertido temporalmente en escritor», que acostumbra a completar sus narraciones con las últimas noticias, como la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, algo que, en su opinión, hace que la historia esté «más viva» y que resulte cercana.

El autor considera que todas estas herramientas, importadas de su profesión, le ayudan a la hora de «concebir» un libro, y podrían ser la clave del éxito de El año sin verano (2015), su primera novela, que ha llegado a traducirse a italiano y alemán, y que contiene unos «elementos criminales anecdóticos» que, ahora, son el punto de partida de Confabulación, que comienza con un asesinato.

Esa simbiosis entre periodismo y literatura también está presente en sus piezas informativas, cargadas de licencias y juegos de palabras. «Espero que lo literario no influya más en mis piezas, porque entonces no pasaré el filtro editorial», comenta con humor el periodista, cuya voz se cuela ocasionalmente en los hogares españoles para narrar las novedades de festivales de cine como Cannes o San Sebastián.

Del Amor empezó a escribir en una búsqueda de nuevos desafíos y, tres libros más tarde, asegura que «cada página sigue siendo un reto», una mentalidad que mantiene en su día a día a la hora de enfrentarse a sus reportajes culturales, que son, a su vez, una fuente indispensable de ideas para sus novelas.

La visibilidad que le ha otorgado su carrera ha tenido una relevancia fundamental en sus andanzas en el mundo editorial, donde asegura que ha tenido que superar «menos trámites», aunque le «reconforta» saber que la literatura sigue «los cauces románticos tradicionales», por los que los editores se leen «todos los manuscritos» que llegan a sus manos, sean anónimos o no.

Confabulación, por el momento, es el último proyecto literario en el horizonte de Del Amor, quien asegura que vive la tarea de escribir «como un placer tortuoso», aunque «el final del camino recompensa» porque, por suerte, al igual que sus personajes, «olvidamos rápido lo malo».