­Lleva más de tres décadas rastreando las raíces del latido de la música, treinta años buscando nuestra negritud. Auserón ha flirteado con el rock latino, el son cubano, los ritmos africanos y el jazz en su intensa búsqueda de las fronteras del rock. Con Casa en el aire se embarcó en una gira de pequeño formato acústico (sólo él y Joan Vinyals, el ´demonio de Gracia´, a la otra guitarra) para presentar su proyecto.

Vienes en formato de dúo acústico. ¿En qué va a consistir tu set sobre el escenario?

De ese formato me interesa la comunicación rápida de ideas entre las guitarras y la voz. Surgen cosas inesperadas e interesantes. El Dimoni (Joan Vinyals) es tremendo para eso. Mete una candela que ayuda a renovar las canciones cada noche.

Ya estuviste por aquí en formato de dúo con Joan Vinyals. ¿No es fácil en estos tiempos mover a toda la banda? ¿Cómo haces frente a las épocas de crisis?

Mover a toda la banda se ha convertido en una tarea casi imposible si no eres un personaje televisivo. Con los formatos pequeños tratamos de hacer de la necesidad virtud; se aprende mucho de ellos. A las crisis sólo se puede hacer frente aclarando ideas y trabajando duro.

¿En qué situación se encuentran los espacios musicales y su gestión?

¿En qué situación se encuentran los espacios musicales y su gestión?

  • En general, en situación precaria, con el mínimo personal, los estándares técnicos por los suelos. Después de décadas de trabajo para igualar nuestro circuito con el internacional, hay que volver a empezar de cero. Hemos de agradecérselo a los ministerios de Hacienda y de Educación, Cultura y Deporte. Está claro que el IVA cultural no debe tener privilegios, pero el pan se compra todos los días, a la peluquería va la gente relativamente a menudo y a un concierto o al teatro muy de vez en cuando...

¿La sociedad española sigue tan necesitada de experiencias como la vivida en los 80? ¿Qué tendría que ocurrir para que volviese la efervescencia de la Movida?

La efervescencia de la Movida vino después de una dictadura. El rock&roll, después de una guerra mundial. Quizá no haga falta tanta efervescencia, más bien algo de naturalidad. La vida es, en cualquier periodo histórico, suficientemente movida. Los jóvenes siempre necesitan ´experiencias´, y algunos viejos también. Lo que hay que evitar es que algunos sectores frenen el desarrollo natural de las cosas, de las nuevas generaciones, que las sometan a un horizonte desolador.

¿Qué significado tiene para ti hacer canciones?

Se han convertido en una vía de aprendizaje continuo, acerca del pasado y acerca del presente. Las manos y la voz se tienen que medir con las cosas más selectas que uno oye y conserva en la memoria. Es un reto de nivel.

Produjiste la recopilación de música tradicional cubana Semilla del son adelantándote a Buenavista Social Club, que fue un bombazo en todo el mundo. ¿Te duele? ¿No te prestaron la suficiente atención aquí?

Yo saqué de mi experiencia cubana lo que buscaba: conocimiento e inspiración. Semilla del son se vendió bastante bien para el mercado español. Las operaciones multinacionales no son lo mío.

¿Cómo te encontraste con la negritud?

Mis padres oían discos de jazz y los grupos de rock que nos gustaban a los críos también hablaban del influjo negro. El ritmo en África es algo más que entretenimiento; es una forma de pensar y de construir la sociedad.

Has denunciado alguna «cancelación por decisión unilateral del equipo de gobierno del ayuntamiento» (Segovia, Valencia). ¿Hay listas negras o es mala práctica?

No creo que haya listas negras. Yo me expreso con frecuencia en contra de la política del partido en el Gobierno,y a veces me ha contratado gente educada de dicho partido. Sería triste si no fuese así. Hay más bien malas prácticas habituales entre las concejalías de Cultura de cualquier signo y los agentes que contratan las fiestas según lo que dictan las audiencias. Los cachés se inflan desmesuradamente de modo artificial, para engordar las comisiones, los ayuntamientos se endeudan, y luego no hay pasta para contratar a los artistas de cachés más bajos. Ruina cultural, sobre todo para los jóvenes. El mundo del espectáculo en España es precursor en ´burbujas´.

¿Optimista o pesimista ante el futuro?

No hay muchas razones para el optimismo, salvo el absurdo. Lo decía el poeta César Vallejo: «Absurdo, sólo tú eres puro». Soy, pues, absurdamente optimista. O pesimista alegre, que viene a ser lo mismo.

¿Qué tal te llevas con la tecnología?

¿Qué tal te llevas con la tecnología?

  • Tecnología son muchas cosas, desde un martillo o un violín hasta el móvil. Sigo la corriente de modo inevitable, pero mantengo un ojo vuelto hacia el pasado, y no pierdo de vista todo aquello de lo que podríamos prescindir, llegado el caso.

Muchos esperaban una reunión de Radio Futura por la edición, en su 25 aniversario, de La canción de Juan Perro. ¿Fue el disco que encumbró definitivamente a Radio Futura?

Fue nuestro disco más internacional. De un país en llamas se grabó en Londres, pero era un retrato de Iberia. La canción de Juan Perro captó desde Nueva York las posibilidades del rock latino.

¿Echas de menos hoy un mayor riesgo literario en la música?

Echo de menos el riesgo, para empezar, en la literatura. En las canciones, ya, no te digo. Hasta a los músicos cultos -salvo raras excepciones- les cuesta salir de Lorca.

Desaparece la filosofía de 2º de bachillerato. ¿Qué te parece?

Un indicio más de la voluntad de suicidio intelectual de Occidente. Estrechez de miras de los ultraliberales, en favor de la codicia y los bajos instintos adyacentes.

Radio Futura, ya el nombre así lo sugiere, era una búsqueda adelante. ¿Juan Perro ha sido una mirada hacia atrás?

Sí, Juan Perro es un vagabundeo por la memoria compartida. Sin tradición no hay revolución en el arte.