La excesiva humedad provocada por las continuas lluvias del suroeste peninsular ha provocado enfermedades de hongos y bacterias en una gran cantidad de producto, como la ´alternaria´ y la botritis, que entre otras cuestiones, hacen el producto inservible para el mercado en fresco.

«Durante 20 días ha estado lloviendo un día sí, un día no», señaló Juan Marín. Hasta 300 litros por metro cuadrado se han llegado a recoger en algunas de estas zonas.

El cambio de la lluvia al sol (y calor), tiene un efecto pernicioso sobre los cultivos al aire libre, y es una situación ideal para la proliferación de las enfermedades.

«Éstas provocan manchas negras que se convierten en los pocos días en moho y que no podemos enviar a los supermercados», lamentó el empresario.

De hecho, estos días dos técnicos que tiene trabajando en los cultivos de las marismas sevillanas han decidido que había que abandonar entre 60 y 70 hectáreas afectadas por las plagas.

Marín recordó que algo parecido les ocurrió durante la sequía de 2005-2009, cuando también se trasladaron a la zona de Jerez y Chipiona.

«Esta es una zona tradicional de cultivo de zanahorias y flores, más ´habituadas´ a este clima y nosotros intentamos plantar alcachofas en unas 100 hectáreas». El primer año se les dio bien, pero el segundo «la tierra no dio nada porque también hubo exceso de lluvias y plagas».